lunes, 25 de marzo de 2024

El despacho expansivo

(AZprensa) El despacho que tenía el presidente dela OMC, Juan José Rodríguez Sendín, era el más grande de todos, hasta tenía un tresillo para mantener en él relajados coloquios, así como un cuarto de baño propio (para que sus pises y cacas no se mezclasen con los de la plebe), aparte claro está de su mesa de reuniones y su mesa individual de despacho (la más grande, también). Así era el despacho que heredó del anterior presidente; pero esto no debió parecerle suficiente a Rodríguez Sendín cuando accedió a la presidencia. Además de cambiar los muebles y comprar otros nuevos a su gusto, decidió que aquél despacho era pequeño para su ego y quería más espacio. Pero el espacio es el que es (esto lo saben bien los arquitectos) y no se puede inventar más espacio cuando no lo hay, salvo que… invadas los espacios vecinos. Y eso fue lo que hizo. Como en toda explosión, que provoca una onda expansiva, se apropió del despacho que había junto al suyo, las secretarias que ocupaban ese espacio tuvieron que mudarse a otro, los que ocupaban ese otro tuvieron que mudarse a otro… y así sucesivamente hasta que llegaron a los departamentos de Formación y Fundación que salieron despedidos, por esa onda expansiva, ¡varios cientos de metros más allá!
 
Es decir, el capricho de ampliar su despacho supuso no sólo el coste de remodelación de todos los demás despachos, sino el tener que alquilar un local junto a la Carrera de San Jerónimo (una de las zonas más caras de Madrid) para instalar allí esos dos departamentos que ya no cabían en su emplazamiento original. Y es que además, si el gasto de remodelación se pagaba una vez, el de alquiler ya era un gasto permanente; así que el citado capricho de ampliar el despacho salió por un precio desorbitado... que aún se sigue pagando mensualmente como todo alquiler, en este caso a costa de las cuotas que pagan los médicos, que de eso es de lo que vive la OMC.
 

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