viernes, 18 de julio de 2025

La incongruencia en la etiqueta política: ¿Por qué “ultraderecha” sí, pero “ultraizquierda” no?

(AZprensa) En el panorama político español, una práctica lingüística ha arraigado profundamente tanto en los medios de comunicación como en el discurso político y social: la asimetría en el uso de los términos “ultraderecha” y “ultraizquierda”. Mientras que los partidos situados a la derecha del Partido Popular (PP), como Vox, son habitualmente etiquetados como “ultraderecha” por medios, políticos y ciudadanos, los partidos a la izquierda del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), como Podemos, Sumar o formaciones más radicales, raramente reciben el apelativo de “ultraizquierda”. Esta incongruencia no solo refleja un sesgo en el lenguaje político, sino que también ha moldeado la percepción pública y el debate en España, generando una narrativa desigual que merece ser analizada.
 
El origen de la asimetría
 
La distinción en el uso de estos términos tiene raíces históricas, culturales e ideológicas. En España, el término “ultraderecha” evoca asociaciones con el franquismo, el autoritarismo y movimientos reaccionarios, lo que lo convierte en una etiqueta con un peso emocional y moral significativo. Por el contrario, la izquierda radical, incluso en sus formas más extremas, ha sido históricamente percibida por algunos sectores como una fuerza progresista, asociada a la lucha por la justicia social, los derechos laborales o la igualdad. Esta errónea percepción ha permitido que partidos como Podemos o sus predecesores eviten el estigma de “ultraizquierda”.
 
A esto se suma el papel de los medios de comunicación, que en su mayoría tienden a alinearse con posturas progresistas o centristas. Desde la transición democrática, el consenso mediático ha sido más crítico con las expresiones de la derecha conservadora que con las de la izquierda radical. Como resultado, el término “ultraderecha” se ha normalizado para describir a partidos como Vox, mientras que términos como “izquierda radical” o simplemente “izquierda” se utilizan para formaciones a la izquierda del PSOE, suavizando su percepción.
 
El impacto en el debate político
 
Esta asimetría no es solo una cuestión semántica; tiene consecuencias reales en el debate público. Al etiquetar a Vox como “ultraderecha”, se le sitúa en un espectro político que muchos ciudadanos asocian equivocadamente con el extremismo, lo que puede polarizar aún más el electorado. Sin embargo, partidos como Podemos o Sumar, que defienden posiciones radicales en temas como la economía, el modelo de Estado o las políticas identitarias, son presentados como opciones dentro de la “normalidad” progresista. Esto crea una percepción desequilibrada, donde el extremismo parece exclusivo de un lado del espectro político.
 
Por ejemplo, mientras que las propuestas de Vox sobre inmigración o seguridad suelen ser calificadas como radicales, medidas como la expropiación de viviendas, la nacionalización de sectores estratégicos o el cuestionamiento de la monarquía, planteadas por partidos de izquierda, rara vez reciben un escrutinio similar en términos de radicalidad. Esta disparidad refuerza la idea de que el extremismo es un fenómeno de derechas, invisibilizando las posturas más radicales de la izquierda.
 
La responsabilidad de los políticos
 
Los políticos de todos los espectros contribuyen a perpetuar esta incongruencia. Desde el PSOE y sus aliados, el uso del término “ultraderecha” para referirse a Vox sirve como una herramienta para deslegitimar a sus adversarios y movilizar a su base electoral. Por otro lado, el PP, aunque crítico con la izquierda radical, tiende a evitar el término “ultraizquierda” para no enfadar a posibles votantes de centro-izquierda o para no dar protagonismo a partidos más pequeños. Esta dinámica beneficia a los partidos de izquierda radical, que logran mantenerse en el debate sin el estigma del extremismo.
 
La sociedad y la interiorización del sesgo
 
La asimetría en el uso de estos términos ha calado profundamente en la sociedad española. En conversaciones cotidianas, en redes sociales y en los medios, es común escuchar referencias a la “ultraderecha” para criticar a Vox, mientras que los partidos de izquierda radical son descritos con eufemismos como “progresistas” o “transformadores”. Esta normalización ha generado una distorsión en la percepción política, donde el ciudadano medio tiende a ver el extremismo como un problema exclusivo de la derecha.
 
Un análisis de las publicaciones en redes sociales, como las realizadas en la plataforma X, muestra que el término “ultraderecha” es mucho más frecuente que “ultraizquierda” en el contexto español. Los usuarios, influenciados por el lenguaje mediático y político, replican esta asimetría, contribuyendo a su perpetuación. Este fenómeno no solo polariza el debate, sino que también dificulta un análisis objetivo de las propuestas políticas, ya que el lenguaje carga de connotaciones morales lo que debería ser un ejercicio de contraste ideológico.
Conclusión
 
Los medios de comunicación deberían ser los primeros en adoptar un criterio más coherente y objetivo al describir a los partidos políticos, utilizando términos equivalentes para posiciones equidistantes del centro. Por ejemplo, si Vox es “ultraderecha”, entonces formaciones como Podemos o ciertos sectores de Sumar podrían ser calificados como “ultraizquierda” cuando sus propuestas se alejen significativamente del consenso.
 
Esta incongruencia distorsiona la percepción de los ciudadanos, polariza la política y dificulta un análisis equilibrado de las propuestas ideológicas. Superar este desequilibrio requiere un compromiso con un lenguaje más justo y objetivo, que permita a la sociedad española debatir desde la claridad y no desde el prejuicio. Solo así podremos avanzar hacia un diálogo político más maduro y constructivo. Pero –como he dicho antes- los medios de comunicación deberían ser los primeros en exponer con objetividad, libre de sesgos y etiquetas, los hechos de uno y otro lado del espectro político.
 

Vicente Fisac es periodista y escritor. Todos sus libros están disponibles en Amazon:
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