En el campo de la
traumatología y reumatología obtenía Dinatrofón un buen número de
prescripciones. Pocos fármacos podían ofrecer un abanico tan amplio de
indicaciones en este y otros campos. Por ejemplo, estaba indicado en todo tipo
de osteoporosis, pero también en fracturas, artritis, etc.
“Dinatrofón, al
favorecer el aporte de proteínas y minerales, corrige las deficiencias óseas y
cartilaginosas; y al actuar de forma especialmente intensa sobre los músculos
(miotropismo), completa su acción terapéutica en estos procesos donde se ven
implicados tantos cartílagos como huesos y músculos” destacaba en este folleto
para cuya imagen de portada mostraba una “imagen de osteoporosis” que llamó
poderosamente la atención de los médicos... y que obligó a los visitadores
médicos a aclarar después que... en realidad no era una imagen de osteoporosis
sino una fotografía de una esponja natural que se había elegido como símbolo de
este grupo de indicaciones por su similitud visual.
Este eutrófico
tisular estimulaba la osteogénesis y positivizaba el balance cálcico frenando
la hiperosteolisis, reduciendo las fugas renales de calcio y aumentando la
absorción intestinal verdadera de calcio. Pero además estimulaba la
neo-vascularización del hueso, la cantidad y calidad osteoblástica y la
proliferación de los cartílagos. Finalmente, en este campo, corregía la
hipotrofia muscular haciendo desaparecer los dolores y mejorando tanto el estado
objetivo como subjetivo de estos pacientes...
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