Frente a los protectores venosos, insuficientes en el
estasis y/o lesión de la pared, Quimodoril ejercía una acción antiinflamatoria
desinfiltrante y un drenaje hídrico tisular, convirtiéndose en una terapéutica
completa para el edema cualquiera que fuera su localización y, en concreto, en
los edemas de las extremidades en donde obtenía una de las áreas de mayor
prescripción. El diseñador gráfico, especializado en ilustraciones para la
industria farmacéutica, Manuel Duque, realizó esta portada, con la técnica del
puntillismo, para dar inicio a una campaña que permitió llevar a los
visitadores médicos un díptico diferente en cada visita, centrándose en cada
ocasión en alguna de sus principales indicaciones, en general aquellas con
mayor potencial para ganar prescripciones.
En el interior del díptico se explicaba que las enzimas
proteoliticas (tripsina y quimotripsina) de Quimodril reducen el edema y el
agua fija gracias a su poder antiinflamatorio desinfiltrante, mientras que la
teclorotiazida asegura la eliminación del agua liberada sin alterar el
equilibrio electrolítico del plasma; además. Esta última, al actuar
disminuyendo las reabsorciones en el túbulo proximal, sin modificar la
filtración glomerular, evita el riesgo de insuficiencia renal aún en
tratamientos prolongados...
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