lunes, 15 de julio de 2013

Aliado íntimo de la mujer

El campo de la ginecología sufrió un cambio radical con el descubrimiento y comercialización del promestrieno, una molécula original que restablece el equilibrio trófico de las mucosas genitales inferiores actuando exclusivamente allí, sin producir efectos hormonales sistémicos y que Sideta lanzó en España con el nombre de Colpotrofín.

Un amplio y documentado folleto que ofrecía en su portada una imagen artística relativa a esa zona íntima de la mujer y la leyenda “el equilibrio trófico local recuperado” daba paso a todas las explicaciones pertinentes, comenzando por la situación de partida:

En situación de deficiencia o carencia estrogénica, la mucosa del tracto genital inferior es incapaz de resistir agresiones mecánicas o biológicas. A la inspección, el aspecto de la vagina es típico: mucosa pálida, lisa, fina, deslustrada, sangra fácilmente al contacto; las infecciones se sobreañaden fácilmente (cándida, tricomonas, gérmenes) y se hacen resistentes a los tratamientos mientras persista el estado distrófico. Por su parte, el cuello atrófico, apenas hace relieve en el fondo de la vagina; su mucosa es pálida, sin brillo y no capta el lugol.

De esta forma, las manifestaciones clínicas son muy molestas: sensación de sequedad o quemazón, prurito, manchas de sangre, leucorrea, disuria, dispareunia, con repercusiones psico-afectivas que pueden ser considerables.


El lanzamiento de Colpotrofín suponía una innovación toda vez que restablecía la estructura histológica, la vascularización y la elasticidad de la mucosa vaginal y restauraba la carga en glucógeno, condición necesaria para la reactivación de la flora saprofita y verdadera barrera contra la proliferación de gérmenes patógenos...

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