Insuficiencia cardiaca, descompensación cardiaca,
cardiopatía valvular, miocarditis, arritmias, flutter auricular, enfermedades
infecciosas con repercusión cardiaca... todas ellas son afecciones que reclaman
el uso de una terapéutica digitálica; de ahí que hace años se lanzase al
mercado Gitalide, “para una digitalización rápida, exacta y mantenida”.
Este producto era un conjunto de heterósidos de extractos de
la fracción natural hidrosoluble de la Digitalis purpúrea L: gitaloxina,
digitoxina, gitoxina, verodoxina y estrospésido, como símbolo de la eficacia,
tolerancia y seguridad de la terapéutica digitálica.
Se hablaba en su presentación de la seguridad de su potente
efecto cardiotónico, de su gran manejabilidad, de su absorción intestinal
rápida y completa, de su efecto eurrítmico... por lo que estaba indicado tanto
para el tratamiento de ataque como de mantenimiento en todas las formas de
insuficiencia cardiaca.
Sin embargo, en donde se hacía mayor hincapié era en su excelente tolerancia digitálica, destacándose su débil tendencia a la acumulación, su mínimo riesgo de intoxicación, resaltando la ausencia de producción de náuseas y vómitos así como el hecho de que, a dosis de mantenimiento, no daba lugar a signos indeseables de impregnación digitálica...
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