La noche es , sin duda, la hora más difícil de controlar la
arritmia, de ahí la importancia que tuvo en el campo de la cardiología el
lanzamiento de Fiborán (aprindina), el único antiarrítmico que ofrecía
protección cardiaca durante 24 horas con una sola toma. La gráfica que mostraba
los niveles plasmáticos promedio, después de una única administración, era
concluyente: al cabo de una hora se alcanzaba un pico de 1,96 pasando a las 12
horas a una concentración de 0,86 y manteniendo en las horas sucesivas estos
niveles ya que a las 24 horas la concentración era de 0,80.
Este folleto sirvió para el lanzamiento en España de
Fiborán, el único antiarrítmico activo a las mismas dosis por vía oral y por
vía parenteral. Del mismo se destacaba que “estabiliza la membrana celular y
reduce globalmente la excitabilidad cardiaca, tanto ventricular como supraventricular”.
Otras características de este producto eran las siguientes:
A dosis terapéuticas no retarda la conducción
aurículo-ventricular.
No influye en la contracción cardiaca y puede emplearse en
las arritmias graves, complicadas con descompensación cardiaca.
Permite tratar con éxito la gran mayoría de las arritmias,
sea cual fuera su localización.
Posibilita la prevención de la fibrilación ventricular en
enfermos con hipertensión o cardiopatía isquémica que presentan extrasistolia
ventricular...
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