“El calor no afecta directamente al riñón, produce alteraciones que
tienen consecuencias sobre el riñón. Por ejemplo, una vasodilatación intensa
(enrojecimiento de la piel) puede llegar a bajar la tensión”, así lo comenta el
Dr. Francisco Ortega, del Servicio de Nefrología del Hospital Central de
Asturias, al repasar diversas cuestiones típicas de la época veraniega.
“Las personas, al sudar, perdemos agua y electrolitos. Los ancianos,
sobre todo, son más susceptibles a deshidratarse porque tienen menos volumen de
agua en su cuerpo. La deshidratación hace que baje el volumen circulatorio,
llegue menos sangre a los riñones y sus células empiecen a morir”.
“Los pacientes con insuficiencia renal crónica deben tener cuidado
porque el sol les seca la piel, deshidratándola. Aparece entonces el prurito o
picor. Después de tomar sol es necesario ponerse una crema hidratante. Las
personas trasplantadas, como reciben medicaciones inmunosupresoras, también
deben tener mucho cuidado con el sol, ya que poseen más tendencia a la
aparición de tumores. Es, por tanto, recomendable exponerse poco al sol o
hacerlo por tiempos limitados y siempre con protección solar”.
En opinión del Dr. Ortega, “hay que tener cuidado con las bebidas
gaseosas, ya que si se beben burbujas se toma también bicarbonato y sodio. Es
mejor beber agua. También es bueno el té. Respecto a los zumos, hay que
beberlos con cuidado, ya que tienen potasio. Los zumos naturales tampoco son
muy recomendables debido al potasio”.
Según el Dr. Fernando Álvarez-Ude, director Médico del centro de
hemodiálisis “Los Olmos” de Segovia, “los helados de chocolate, turrón, nata,
etc. deben evitarse o reducirse porque tienen potasio o porque al tener mucho
azúcar aumentan la sed. Los polos (hielo con colorante) se aconseja sean de
pequeño tamaño y que tomen uno o dos al día (son ideales los hechos en casa con
agua y zumo de limón).
En cuanto a la cantidad de hielo a tomar en verano, comenta que “no hay
límites a la práctica de saborear hielo o poner hielos en los refrescos, salvo
los que dicta la conveniencia de no ingerir demasiado líquido”.
Medicamentos y calor
“Los efectos del calor pueden sumarse a los efectos de la medicación que
toman los pacientes renales. Los medicamentos antihipertensivos, al bajar la
tensión arterial, deben manejarse con más cuidado cuando hace mucho calor. Hay
medicaciones que producen fotosensibilidad y favorecen los efectos de los rayos
de sol sobre las personas”.
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