Actividades como el comer, dormir, hacer deporte y practicar el sexo,
que se supone que forman parte de los placeres de la vida para un gran parte de
la población, son interrumpidas a diario por culpa de la pirosis (ardor de
estómago), síntoma que padecen más de 50 millones de europeos y que hace que el
contenido ácido del estómago fluya al esófago causando una sensación
desagradable de quemazón y sabor ácido. Unas vacaciones que se suponían iban a
ser felices, pueden verse trastocadas por este problema.
Según un estudio pan-europeo, presentado hace unos años en la Semana de
Patología Digestiva que se celebró en Atlanta (Estados Unidos), y en el que
participaron más de 5.000 personas de Francia, Alemania, Italia, Suecia e
Inglaterra, se concluía que la pirosis tiene un importante impacto en la vida
diaria del 60 por ciento de los europeos que la padecen, incluyendo
alteraciones en comer y beber (48%), dormir (16%), trabajo (9%) y práctica del
deporte (12%). Los datos de la encuesta presentada concluyen que, para una de
cada diez personas, la pirosis también afecta a su vida sexual.
En un grupo de casi 1.000 pacientes norteamericanos diagnosticados de
pirosis, esta patología alteró de forma significativa su vida cotidiana en el
20 por ciento de los casos, según los resultados de un segundo estudio también
presentado en esta reunión de Atlanta. Los problemas incluían pirosis producida
por ciertos alimentos (81%), dificultad para dormir por la noche (49%),
sensación de malestar (58%), falta de energía (41%), irritabilidad (55%) y
frustración (55 %).
Los médicos e investigadores son conscientes del impacto que la pirosis
produce en los que la padecen y que los pacientes con pirosis manifiestan un
mayor malestar emocional que aquellos que padecen diabetes o hipertensión.
Afortunadamente, hay tratamientos eficaces. “A pesar del significativo impacto de la
pirosis en la vida de muchos de los que la padecen, normalmente los pacientes
desconocen que esta patología puede ser tratada fácil y eficazmente con
medicamentos de prescripción”, ha manifestado el profesor Roger Jones, de la
Facultad e Medicina Guy’s, King’s and St Thomas (Reino Unido), uno de los
principales investigadores de este estudio europeo.
Entre un 11 y un 59 por ciento de los europeos que han respondido a la
encuesta, creen equivocadamente que el cambio en la dieta y el estilo de vida
es el tratamiento más eficaz de la pirosis, y únicamente de un 21 a un 49 por
ciento conocen que existen medicamentos para su tratamiento.
“Desafortunadamente, muchos de los que padecen los síntomas de la
pirosis tienen sus vidas seriamente alteradas porque desconocen que realmente
lo que padecen es una patología que necesita un medicamento eficaz para su
tratamiento. Los médicos pueden recetar tratamientos con IBP (inhibidores de la
bomba de protones) altamente eficaces; en lugar de ello, los pacientes utilizan
productos OTC (de venta sin receta) o realizan cambios en su estilo de vida”, ha
comentado el Dr David Armstrong, de la Universidad de McMaster (Canadá), otro
de los investigadores del citado estudio.
Las directrices internacionales sobre el manejo de la pirosis,
recomiendan que todos los pacientes que la padecen sean tratados inicialmente
con el tratamiento más eficaz disponible para parar rápidamente los síntomas y
restaurar la calidad de vida. Una vez que los síntomas están adecuadamente
controlados, los médicos pueden querer empezar a administrar dosis menores o un
tratamiento menos eficaz.
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