El agua es un transmisor importante de enfermedades infecciosas, por lo
que se recomienda beber sólo el agua que ofrezca suficientes garantías o
embotellada que deberá ser abierta en su presencia. En caso de duda, tampoco
admitir cubitos de hielo en las bebidas ya que pueden estar preparados con
aguas contaminadas.
En el caso de aguas potencialmente peligrosas se pueden tratar mediante:
· Ebullición
durante 10 minutos airear para mejorar su sabor.
· Cloración:
2 gotas de lejía (sin perfumar) por cada litro de agua y esperar 30 minutos
antes de consumirla.
Algunos consejos básicos:
Tanto si optamos por comer fuera (restaurante, chiringuitos...) como si
se cocina en casa hay que tener en cuenta una serie de normas para evitar
intoxicaciones:
· No
fiarse del aspecto de los alimentos ya que bajo una apariencia apetitosa pueden
estar contaminados.
· Antes
de manipular los alimentos deben lavarse las manos (basta agua caliente y
jabón).
· Respetar
la cadena del frío de los alimentos (tanto crudos, pasteurizado, semicocidos
como platos cocinados, mayonesas, lácteos... ). Una vez utilizados volverlos a
guardar en la nevera (inferior a 4 grados).
· La
descongelación debe hacerse en la nevera.
· Cuidado
con la repostería (natas cremas pasteleras...) y helados ya que al tener gran
cantidad de agua las bacterias crecen más rápidamente.
· Si
se va de viaje, guardar los alimentos en neveras o bolsas isotérmicas.
· Las
mayonesas caseras consumirlas diariamente.
· Se
recomienda cocinar (por encima de los 70 grados) las carnes, pescados, tortillas,
revueltos... bien hechos para eliminar las bacterias.
· No
ingerir moluscos crudos (almejas, chirlas, berberechos, coquinas, etc...)
· Si
se ingiere verduras crudas, ensaladas y frutas con piel, lavarlas bien con agua
y unas gotas de lejía.
· Cuidado
con las ensaladas si se comen fuera de casa.
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