(AZprensa) En estos tiempos de crisis es desgraciadamente frecuente
ver cómo despiden a algún periodista o comunicador sin más motivo que la falta
de “sintonía” con la dirección o la inmoralidad de buscar a otro que se
conforme con un salario más bajo.
Vicente Fisac
Cuando este tipo de noticias se produce se suelen ver
titulares del tipo “se despide con
agradecimientos”. Por eso voy a meter el bisturí en dicha frase para descubrir
lo que hay dentro.
Cuando se dice “con agradecimientos” hay
que entender que dicho agradecimiento va dirigido a los colegas de profesión, a
los compañeros de trabajo... pero nunca a los directores o gestores de la
empresa que los ha despedido, entre otras cosas porque dicho despido no está
motivado por razones profesionales sino por simpatías/antipatías mutuas o, más
generalmente, porque sencillamente prefieren despedir a dos que trabajen mucho
y bien pero que también cobren mucho, para contratar en su lugar a uno que,
cobrando menos, haga el trabajo de los dos. Por consiguiente, la frase “se
despide con agradecimientos” debería completarse diciendo “se despide con
agradecimientos a sus colegas, compañeros y amigos, y con indignación y
desprecio hacia quienes injusta e inmoralmente le han despedido”.
Y profundizando aún más el bisturí, nos
encontramos con la razón, la triste razón, que impide poner la frase completa:
el despedido aún tiene bastante vida laboral por delante y si no se despide con
agradecimientos verá dificultada su contratación por otra empresa y muchas
puertas se le cerrarán a la hora de intentar buscar trabajo aunque sea como
free lance.
En definitiva, los agradecimientos sólo
esconden la inevitable necesidad de tener que seguir trabajando para seguir
viviendo. El que canta las verdades y llama sinvergüenzas a quienes lo son,
podrá quedarse muy a gusto emocionalmente... pero pondrá en peligro el
imprescindible alimento que reclama su cuerpo.
No voy a dar nombres en este artículo de opinión, pero esos nombres los puedes poner tú mismo cada vez que veas cómo una empresa u organización despide por capricho a cualquier excelente profesional.
No voy a dar nombres en este artículo de opinión, pero esos nombres los puedes poner tú mismo cada vez que veas cómo una empresa u organización despide por capricho a cualquier excelente profesional.
Vicente Fisac
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