(AZprensa) Sin un
buen titular nadie leerá lo que has escrito. El titular nunca debe ser un
resumen de la noticia, ni siquiera su conclusión; simplemente un señuelo que
incite el interés del lector por averiguar de qué se trata. Intentar contar
muchas cosas en el titular, ser riguroso y, por tanto, prolijo, sólo consigue
desviar la atención del lector hacia otra noticia más atractiva
Cuando
se trata de escribir una noticia, un artículo, una nota de prensa, un comunicado,
etc., es necesario prestar la máxima atención a su titular, ya que sin un
buen titular cualquier escrito está
destinado al fracaso, esto es, a que el lector “pase página” y fije su atención
en otra noticia más atractiva.
Sin
embargo, en el mundo empresarial, aun cuando dichos escritos estén realizados
por profesionales de la comunicación (bien sean de la propia compañía o de una
agencia externa), siempre suelen ser revisados por otros directivos cuya
formación será muy buena en su área de capacitación (médicos, economistas,
abogados, farmacéuticos, etc.) pero no necesariamente en el arte de comunicar.
Cuando el escrito llega a ellos
para su revisión, inmediatamente tratan de trasladar al mismo sus obsesiones
(más propias de un artículo científico, de un manual de instrucciones, de un
contrato empresarial, de un prospecto de medicamento, etc.) y corrigen y
corrigen y corrigen, siempre en el mismo sentido: añadir explicaciones no
pedidas, detallar especificaciones técnicas, ampliar la información a través de
párrafos interminables... todo lo
contrario a lo que deben ser una buena noticia y un buen titular: brevedad,
concisión, claridad, intriga, factor humano e implicación personal del lector
(por citar sólo algunas de las características más relevantes que deben arropar
a cualquier pieza periodística).
Un titular nunca debe ser el “resumen” de la noticia
Pero
centrándonos exclusivamente en el titular, el primer error garrafal que se
comete es el de intentar “contar toda la noticia en el titular”. Y digo yo: si
la cuentan en el titular ¿para qué va a querer el lector seguir leyendo la
noticia? Y sobre todo: un titular que resume la noticia es necesariamente largo
y aburrido y por consiguiente no captará ni la atención ni el interés del
lector. Sólo hay que fijarse en cualquiera de nosotros, como lectores, cuando
ojeamos un periódico: vamos pasando una tras otra las páginas, los ojos van
recorriendo las columnas a velocidad de vértigo, y sólo cuando encuentran algo
llamativo es cuando trasladan al cerebro la alarma de “stop”. A partir de ahí
es cuando comenzamos a leer y, si el contenido es de nuestro interés,
continuamos; y si no nos interesa, proseguimos el recorrido por el periódico en
busca de otra noticia que sí nos pueda interesar.
Pues
aunque parezca mentira, aún hay muchos “profesionales” que siguen con esa
obsesión de resumir la noticia en el titular e incluso en algunas publicaciones
digitales se comprueba con horror cómo todos los titulares, uno tras otro, de
las diferentes noticias que publican, están construidos de la misma forma: más
parecen un índice o catálogo de materias que un periódico.
En
cambio, otras publicaciones sí que tienen estos conceptos muy bien asumidos y
ofrecen titulares a cuál más atractivo, lo que nos lleva a leerlas, a pasar más
minutos con dicha publicación y, lo más importante, a fidelizarnos como
lectores de la misma.
Un
buen titular debe reunir, al menos, estas características:
(1) Un
titular debe ser corto, nunca más de dos líneas. (2) Debe utilizar un lenguaje
directo, fácil de entender en una fracción de segundo. (3) Debe sorprender, ya
que su misión no es “informar” sino “enganchar”. (4) Debe afectar a las
personas y, por consiguiente, estar en la esfera de las preocupaciones y/o
intereses del lector. (5) Y, por supuesto, debe guardar alguna relación con el
contenido de la noticia (el sorprender por sorprender es un engaño que provoca
el rechazo del lector).
Dicho
esto, vemos que la elaboración de un titular tiene mucho de técnica y arte
publicitario. Tutea al lector, le propone retos, le hace partícipe –en suma- de
la noticia. Después, en el desarrollo de la noticia sí se podrá dar respuesta
al “qué, quién, cómo, cuando, dónde y por qué”, pero ningún lector llegará ahí
si antes no ha sentido el deseo irrefrenable de “morder” el anzuelo de un
titular que ha “picado” su curiosidad.
Desde
aquí, quisiera trasladar a todos los directivos que revisan las noticias, notas
de prensa, artículos, comunicados, etc., que no corten las alas de la
imaginación a sus profesionales de la comunicación; antes bien, les alienten a
desarrollar todas sus capacidades para sorprender al lector con titulares
llamativos. Si de verdad se quiere conseguir que una noticia sea leída y/o
transmitir un mensaje a través de la misma, la primera e inexcusable condición
es conseguir que el lector no pase de largo y para eso está, precisamente, el
titular, es decir, el anzuelo.
1 comentario:
Gran artículo.Titular bien es un arte y hay que dedicarle el tiempo adecuado. Yo suelo escribir entre 10 y 20 títulos antes de decidirme por el mejor. Un saludo!
Publicar un comentario