sábado, 20 de febrero de 2016

Los indignados ganan en el Colegio de Médicos de Madrid

(AZprensa) Aunque la participación en las elecciones del Colegio de Médicos de Madrid ha sido tan desoladora como es habitual en este tipo de citas (sólo ha votado el 19 por ciento) en esta ocasión ha ganado la candidatura de los denominados “indignados” encabezada por el Miguel Angel Sánchez Chillón, el cual ha batido a los otros tres aspirantes: los históricos en estas lides, Guillermo Sierra y Juan Abarca, y Ana Isabel Sánchez Atrio.

El nuevo presidente se ha mostrado siempre crítico con las anteriores Juntas Directivos, asegurando que está dispuesto a “acabar con las injerencias del sector privado en el ente colegial”. Como muestra de su carácter rompedor y regenerador del vida colegial, traemos aquí algunas de sus declaraciones. En este sentido ha dicho que lo primero que va a hacer es “una auditoría de cuánto hay realmente en la sede de la calle Santa Isabel y cuánto en la empresa que tiene todos los contratos y contratas. Eso y luchar contra la desafección” ya que, según ha dejado bien claro, “nuestra candidatura está formada por médicos con un historial de trabajo en organizaciones o movimientos asociativos que, ante el deterioro de la imagen del Colegio y su función, nos revelamos. Presentamos un proyecto basado en la transparencia de gestión que acabe con las injerencias del sector privado en la casa de los médicos madrileños”.

Tal como reconoce, “el problema concreto del Colegio está en las empresas con ánimo de lucro que, con la coartada de dar servicio a la colegiación, organizan servicios poco rentables, nada eficientes y difícilmente justificables. Desde hace décadas, rige la corporación la candidatura que es financiada por la misma empresa y que, mediante otras satélites tienen todos los contratos y contratas que se firman con el Colegio”.

Y es que el Colegio de Médicos de Madrid siempre ha sido un plato apetecible: 41.000 médicos y nueve millones de euros de presupuesto. Por eso se entiende el interés de empresas ajenas por controlarlo, haciendo de él algo ajeno a la profesión. Como explica el nuevo presidente: “La poca participación es consecuencia de lo poco atractivo que es el Colegio de Médicos de Madrid para sus miembros. Todos lo vemos como una tasa que hay que pagar para ejercer, los médicos se desentienden de él y los intereses empresariales aprovechan ese vacío para exprimirlo económicamente y generar más desafección. Hemos demostrado nuestro compromiso, independencia y sabemos cómo se puede enderezar el rumbo”.

Parece, pues, que la hora del cambio ha llegado también al Colegio de Médicos de Madrid.

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