(AZprensa)
La Dra. Nekane Murga, jefa de la Sección de Cardiología Clínica del Hospital
Universitario Basurto y miembro de la Sociedad Española de Cardiología (SEC) ha
hecho unas declaraciones demoledoras de las que no salen bien parados ni los
médicos ni los pacientes ya que, por culpa de unos o de otros, el caso es que
la mitad de los pacientes no cumple el tratamiento prescrito por el médico en
las enfermedades crónicas.
La
falta de comunicación entre el profesional y el paciente es uno de los aspectos
destacados, ya que según el estudio publicado en la revista científica Am J
Manag Care en el año 2007, mientras que el 74% de los médicos cree que sus
pacientes siguen correctamente la medicación, el 83% de los pacientes no
informa correctamente al especialista sobre su falta de adherencia.
“¿Y cuáles son las
consecuencias clínicas de una mala adherencia terapéutica?”, plantea la Dra.
Murga, para responder que las consecuencias clínicas son muy destacables, tal
como lo demostraba en 2007 el estudio “Self-reported Medication Adherence and
Cardiovascular Events in Patients With Stable Coronary Heart Disease” publicado
en Internal Medicine, que recogía que en pacientes hipertensos, aquellos que no
llegaban a tomar ni el 75% de la medicación recomendada, aumentaba en un 14,4%
el riesgo de padecer ictus y en un 3,8% de morir de forma prematura.
Y hay más datos que
vienen de lejos. Por ejemplo la Organización
Mundial de la Salud (OMS) ya señaló en el año 2004 que de todos los
tratamientos crónicos, el 12% nunca llegaría a adquirirse en la farmacia, el
12% se abandonaría a los seis meses y el 29% al año, lo que significa que
únicamente el 47% de los tratamientos prescritos llegará a cumplirse
correctamente.
Por
eso esta especialista destaca que “estos datos son muy preocupantes, ya que en
algunas ocasiones creemos que un medicamento no funciona y tenemos que buscar
alternativas, cuando en realidad el paciente no se lo administra
correctamente”, pero añade a continuación que “es muy importante que no
culpemos al paciente sobre la falta de seguimiento terapéutico, ya que la falta
de confianza en el profesional es una de las razones más importantes aunque no
la única, el miedo y desconocimiento de los efectos secundarios, la edad
avanzada, la complejidad a la hora de tomar la medicación, el número de tomas
indicadas o la falta de síntomas que hace creer que no se está enfermo, son
otras de las razones a tener en cuenta”.
Para
intentar paliar en lo posible estos malos hábitos y sus consecuencias, desde la
SEC “recomendamos al profesional: una mayor explicación de los peligros de no
seguir correctamente el tratamiento, tener en cuenta los hábitos y preferencias
del paciente, reducir el número de tomas al mínimo posible, conocer la opinión
del paciente sobre la medicación y realizar un seguimiento del paciente junto
con Atención Primaria y Farmacia”.
Está
claro que recetar no sirve de nada si luego el paciente no toma la medicación
tal como se lo han indicado; sin duda que un poco de diálogo con el paciente sería
la mejor y más eficaz medicina.
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