(AZprensa) Atrapados por un mercado (el de los medicamentos
de prescripción) en donde más del 90 por ciento de las ventas corresponden a un
único cliente (la sanidad pública), los laboratorios farmacéuticos se humillan
una y otra vez ante las exigencias del Gobierno y no osan levantar la voz ante
los continuos ataques de la opinión pública. Los laboratorios se encierran en
sí mismos, pierden todo contacto con la realidad social, y se dedican a
complacer como pueden a sus prescriptores mientras buscan nuevas enfermedades y
nuevos medicamentos.
Por el contrario las empresas de alimentación han encontrado
un filón en el mercado farmacéutico. De todos es sabido que una buena
alimentación es sinónimo de salud, así que estas empresas hacen toda la
publicidad que quieren de sus productos (porque son alimentos, no medicamentos)
y hasta se permiten el lujo de visitar a los médicos para que recomienden sus
alimentos, conseguir el aval de las sociedades científicas para ligar el
prestigio médico a su marca de alimentos, etc.
Todos podemos ver a diario anuncios de alimentos que nos
prometen reducir el colesterol, mantener sano nuestro corazón, regular nuestro
sistema digestivo, etc. Y una vez que las empresas de alimentación se han
“apropiado” del concepto “salud”, ahora también, en un paso más, quieren
apropiarse del concepto “ecología” que tan buena imagen tiene ante la opinión
pública.
Ejemplo de esto último es el lanzamiento y consiguiente
campaña publicitaria de los yogures “ecológicos” de Danone. ¿Puede un yogur ser
ecológico? Eso es lo de menos, lo importante es que nos lo creamos.
1 comentario:
Todos conocemos el Danacol, que se las promete muy eficaz para reducir el colesterol, pero me gustaría saber cuántos estudios científicos INDEPENDIENTES avalan esa supuesta eficacia.
Me ha gustado la entrada. La comparto y te sigo.
Saludos!
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