(AZprensa) El glaucoma es el aumento de la tensión
ocular. Al igual que tantas otras, se considera en muchos casos una
enfermedad silenciosa, sin síntomas, pero que produce lesiones irreversibles.
“La tensión ocular debe medir entre 10mmhg y 20mmhg. Si
supera los 20 milímetros de mercurio se empieza a dañar el nervio óptico. Lo
dañado no se puede volver a recuperar. La visión empieza a perderse
lateralmente, y se conserva, hasta los momentos finales, la visión central. Es
decir, el paciente ve de frente casi durante toda la enfermedad, pero no ve por
los lados”, explica el Dr. Miguel Ángel Pérez Silguero, oftalmólogo Jefe del
servicio de Oftalmología del Hospital Policlínico La Paloma, de Las Palmas.
Para saber si la tensión ocular es normal se debe una
sencilla prueba de medición, se debe realizar un campo visual de control y se
debe vigilar el nervio óptico en un estudio del fondo de ojo. En caso de
tensión ocular alta se debe controlar con colirios antiglaucomatosos, y en su
defecto con cirugía.
“Es fundamental prevenir las consecuencias del aumento de la
tensión ocular con un sencillo control oftalmológico anual”, advierte Pérez
Silguero.
Se denomina enfermedades silenciosas a aquellas que se
inician y evolucionan sin que la persona que la padece se de cuenta de ello al
no tener síntomas hasta que dicha enfermedad ya es irreversible.
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