domingo, 25 de abril de 2021

Un ukelele en el cielo

(AZprensa) De vez en cuando conviene mirar al otro lado, a ese otro que casi nunca vemos porque estamos apegados a la materia. Y luego, cuando muere un ser querido nos preguntamos "¿Por qué?". Y si ese ser querido era un niño, el dolor se hace más profundo aún. Pero hay respuesta. Sí, hay respuesta, aunque para eso debamos mirar al otro lado.

Por eso hoy, hacemos un inciso en las noticias e informaciones que sobre Ciencia y Salud (y también sobre otros temas) venimos publicando a diario, y vamos a dedicar un par de minutos a mirar con los ojos del alma.

Sandra Pino apenas si tenía siete años. Era mi amiga. Todos los días compartíamos juegos cuando acudía al colegio a recoger a mi nieta. Ellas dos, y yo también, jugábamos y reíamos, y nos contábamos nuestras cosas. Pero ella se fue y sólo supe expresar mi dolor a través de un poema. Fue así como pude al fin descubrir la razón de esa aparente sinrazón que es la muerte de un niño.

En memoria de la niña Sandra Pino, de mi amiga:




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