Por eso hoy, hacemos un inciso en las noticias e informaciones que sobre Ciencia y Salud (y también sobre otros temas) venimos publicando a diario, y vamos a dedicar un par de minutos a mirar con los ojos del alma.
Sandra Pino apenas si tenía siete años. Era mi amiga. Todos los días compartíamos juegos cuando acudía al colegio a recoger a mi nieta. Ellas dos, y yo también, jugábamos y reíamos, y nos contábamos nuestras cosas. Pero ella se fue y sólo supe expresar mi dolor a través de un poema. Fue así como pude al fin descubrir la razón de esa aparente sinrazón que es la muerte de un niño.
En memoria de la niña Sandra Pino, de mi amiga:
No hay comentarios:
Publicar un comentario