(AZprensa) El periodismo independiente es algo muy
difícil de encontrar. Para empezar todos los medios de comunicación anuncian
claramente cuál es su tendencia (izquierdas, derechas o lo que sea) y como tal
dan trato de preferencia a todo lo relacionado con ese partido político o con
esas ideas; además, claro está, que esa alineación con una tendencia política
determinada les hace obtener a cambio una serie de favores en forma de
publicidad, contratos, influencias, etc.
En segundo lugar, como el dinero que ingresan por la
publicidad de los partidos políticos no es suficiente, como tampoco lo es el
dinero que obtienen por las suscripciones de sus lectores, todos buscan
afanosamente el mayor número posible de empresas anunciantes; y estas empresas
anunciantes –sobre todo aquellas que más invierten en publicidad en esos
medios- tienen un trato de favor a la hora de publicar o no noticias que las
puedan afectar de algún modo.
En consecuencia, los medios de comunicación no son
libres, ya que no pueden subsistir con el dinero de sus lectores y son los
partidos políticos y los anunciantes quienes sufragan el coste y beneficios de
dichos medios. Como a nadie se le ocurre atacar a quien le da de comer, está
claro que los medios de comunicación no son imparciales sino que son
dependientes de intereses políticos y comerciales.
Eso en cuanto a los medios de comunicación como empresas,
pero ¿y los periodistas? ¿Son independientes? La respuesta es “NO”. Los
periodistas viven de lo que les pagan por escribir y –estén de o no de acuerdo-
deben atenerse a lo que se llama “línea editorial” que es una forma muy bonita
de decir “directrices a seguir”, unas directrices condicionadas como hemos
visto por intereses políticos y comerciales. Por consiguiente si un periodista
de un medio de comunicación cualquiera destapa una información que daña al
partido político afín a ese medio o a alguno de sus principales anunciantes, el
máximo responsable del citado medio le dará la voz de alarma para que no lo
publique o al menos lo haga de la forma menos dañina posible para los intereses
de esa empresa o partido político afectado.
Así las cosas ¿qué nos queda como “periodismo
independiente”? Poco, la verdad, sólo lo que quieran escribir aquellos
periodistas que lo hagan simplemente por placer y no a cambio de un sueldo o de
cualquier otro beneficio. Y ese es el caso, precisamente, del blog diario “AZprensa”
que se define –con todo derecho- como “Periodismo independiente”. Veamos:
Su único responsable soy yo, Vicente Fisac, y he dedicado
toda mi vida profesional al mundo de la Comunicación y mis últimos 20 años de
forma exclusiva al periodismo de Ciencia y Salud.
Como ya estoy jubilado, estoy fuera del mercado laboral y
por tanto no tengo que ser “políticamente correcto” ni seguir directrices de
nadie, ni de ningún jefe, ni de partidos políticos (paso de todos ellos), ni de
empresas (en “AZprensa” no hay publicidad y por tanto no tengo que mantener
contento a ningún anunciante).
Si sigo escribiendo es simplemente por puro placer, y
como no dependo de intereses políticos ni comerciales, ni obtengo ganancias por
lo que escribo, eso se traduce en que escribo lo que quiero y como quiero; no
tengo que rendir cuentas a nadie.
Finalmente, hemos dicho que sólo escribo por placer
(igual que un pintor jubilado seguiría pintando cuadros porque eso es lo que le
gusta y con lo que disfruta) y ese amor al periodismo hace que busque siempre
la imparcialidad en mis noticias, informaciones y comentarios, aunque estos no
sean siempre “políticamente correctos”.
Y finalmente (puedes comprobarlo) lo único que se podría
considerar como “publicidad” son las reseñas que incluyo sobre mis propios
libros, y como son los míos, está claro que sólo dependo de mi propio criterio
como periodista, sin más influencias que yo mismo.
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