(AZprensa) Están causando un gran revuelo las palabras
pronunciadas por el presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, y que a modo
de novela por entregas está publicado el digital “El Confidencial”. No es para
menos, llama “perrito faldero” a uno de los mejores porteros de la historia del
fútbol español, Iker Casillas y dice que "no es portero" para su equipo; llama “imbécil” al número 2 del mundo (detrás de
Messi) Cristiano Ronaldo; llama “tonto” al entrenador José Mourinho, que ha
ganado un montón de títulos; dice que Vicente del Bosque no vale como
entrenador (lo dijo antes de que ganara el Mundial y una Eurocopa con España);
dice que “Raúl”, una de las leyendas del Real Madrid, es “mala persona”; etc.
etc. etc. y promete seguir la serie según anuncia el periódico.
Cierto es que todo esto lo pronunció hace años; cierto
que muchas de esas palabras las dijo cuando dejó de ser presidente del Real
Madrid; cierto que no eran declaraciones públicas; pero nadie puede negar que
esas palabras las pronunció como así lo atestiguan las grabaciones y el
monumental cabreo que ha cogido el “intocable” Pérez.
Pero a tan poderosos caballero habría que recordarle algo
tan elemental como enseñar a los niños de preescolar a cruzar la calle siempre
cogidos de la mano: cuando se está con un periodista –aunque sea en una comida
informal- todo lo que digas podrá ser publicado.
Yo he asistido a muchos cursos de formación de portavoces
y he instruido también a muchos de ellos. Una de las cosas que primero se
enseña a todos los directivos y mandos intermedios que deban atender a los
periodistas es que no digan nunca nada que no quieran ver publicado al día
siguiente. Nada importa que no te estén grabando en ese momento; nada importa
que no veas por allí ningún micrófono ni a nadie tomando notas; cualquier cosa
que digas ante un periodista puede ser publicada, sobre todo si eso tiene
interés informativo… y desde luego que toda esa serie de insultos y
descalificaciones a jugadores y entrenadores por parte del presidente o
expresidente de un importante equipo de fútbol son noticia y de primera plana.
Y conviene hacer una puntualización para los puntillosos:
Se llama “off de record” a aquellas declaraciones que se hacen a un periodista,
rogándole que no las publique (así se recoge, por ejemplo, en el “Libro de
estilo” del diario “El País” (punto 1.17 de su manual). Por eso, las
declaraciones que está publicando “El Confidencial” no son “off the record”
porque Pérez no hizo petición expresa de que no se publicaran, sino que estaba
en una comida informal y se le soltó la lengua.
Por consiguiente, el intocable Pérez ha cosechado un
rotundo suspenso en preescolar. Podrá esgrimir en su defensa todo lo que
quiera, pero nunca podrá negar que ha dicho lo que todos hemos oído en esas
grabaciones y no se trata de palabras sueltas (que sí podrían estar fuera de contexto)
sino de frases completas que expresan bien claramente lo que piensa.
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