(AZprensa) En el suelo y el agua hay elementos buenos para las
plantas, como el hierro, zinc, magnesio, pero también otros tóxicos como el
mercurio, cadmio, arsénico, etc. Ahora una investigación del Consejo Superior
de Investigaciones Científicas (CSIC) ha descubierto cómo las plantas son
capaces de distinguir unos elementos de otros y disponen de una especie de
“interruptor de encendido y apagado” que les permite absorber sólo los
nutrientes y no los elementos tóxicos.
Los investigadores han identificado los mecanismos
moleculares que utilizan las plantas para distinguir entre fosfato (un
nutriente esencial en los seres vivos) y el arsénico (un compuesto cancerígeno
presente en gran parte de suelos y aguas). El arsénico se encuentra en la
naturaleza como arseniato, una molécula muy similar al fosfato.
Las raíces, en presencia de arseniato, cierran el
transportador común impidiendo su entrada. Esta represión conduce paradójicamente a una situación de ayuno de fosfato que compromete su supervivencia, pero al
mismo tiempo evita su intoxicación por arsénico.
Como concluyen los investigadores, las plantas tienen un
sofisticado mecanismo de “encendido y apagado” de su transportador molecular,
el cual se regula en función de la capacidad de desintoxicación de la planta.
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