(AZprensa) Cuando me
incorporé a la OMC compartía despacho con mi secretaria y ya el primer día me
llamó la atención un hecho sorprendente: Nada más llegar se ponía unos guantes,
cogía unas tijeras y empezaba a revisar y recortar todos los periódicos del día
que le había subido un ordenanza. Una vez tenía todos los recortes, los
clasificaba por temas y se iba a la fotocopiadora para hacer varios juegos de
fotocopias para finalmente repartirlos a los directivos. Cuando acababa esta
tarea ya eran las 11 de la mañana, la hora del descanso para tomar un café, así
que realmente no empezaba a trabajar en cosas productivas hasta las 11,30 h de
la mañana.
En
consecuencia, una de las primeras medidas que tomé (tras hacer los números
correspondientes) fue proponer que dejasen de comprar los periódicos, que se
contratase una empresa de clipping (esas que buscan tus noticias en todos los
periódicos y luego te las pasan a primera hora de la mañana no solo
clasificadas sino también valoradas en cuanto a audiencia, equivalencia de lo
que hubiera costado ese espacio si se hubiese pagado, etc.). Resultó que
contratar una empresa de clipping era más barato que la compra diaria de todos
esos periódicos (y para colmo sólo se podían comprar los que se vendían en
Madrid, mientras que la empresa de clipping revisaba todos los de España), que
a las 8 de la mañana tenías un informe completo con todo lo que de tu interés
se había publicado, y que encima venía valorado. Esto suponía también que mi
secretaria podía dedicarse desde primera hora de la mañana a otros trabajos más
productivos y gratificantes.
Era tan
evidente la ventaja de la medida propuesta, que se aprobó de inmediato y mi
secretaria pudo por fin decir adiós a las tijeras, a los guantes (para no
mancharse con la tinta tras hojear durante casi tres horas la prensa diaria), a
las fotocopias y a ese aburrido trabajo.
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