(AZprensa) Para
averiguar cuál ha sido la causa de la muerte de una persona hay que practicarle
la autopsia. En el caso de las notas de prensa, la mayoría de ellas mueren nada
más llegar a su destino, ese momento en que el periodista que las recibe les
echa una rapidísimo vistazo y las manda directamente a la papelera. Pero ¿cuál
ha sido la causa de su muerte? ¿Por qué el periodista, con tan solo un vistazo
de unos pocos segundos, la consideró cadáver y la arrojó al crematorio?
En un
congreso de comunicadores de Colegios de Médicos, celebrado en Palma de
Mallorca, hice una de las presentaciones más originales de mi vida: una
autopsia a una nota de prensa.
Así lo
anuncié a mis sorprendidos colegas y, para que todos nos sintiésemos libres y
nadie se diera por ofendido, redacté una nota de prensa imaginaria sobre un
acuerdo de investigación entre el Colegio Oficial de Médicos de Springfield (la
ciudad de los Simpsons) y el Instituto de Investigación de dicha ciudad,
citando a personajes de la citada serie.
Desmenuzando
cada uno de los párrafos de esa nota de prensa, que en apariencia era normal,
de esas que se envían todos los días a los medios, con el beneplácito de los
directivos de los Colegios, puse de relieve y de manera muy gráfica los
principales defectos que se cometen, por ejemplo: hacer ver que nuestro
presidente es muy importante; destacar que hace cosas importantes y se rodea de
gente importante; que ha firmado un acuerdo (el acuerdo es lo de menos, lo
importante es que lo ha firmado él); que nuestro presidente ha mantenido
entrevistas relevantes; que a nuestro presidente lo han agasajado en el
Ayuntamiento… ¡ah! y finalmente se añade una coletilla diciendo que, gracias a
este acuerdo y a partir de ahora los pacientes van a tener un mejor
post-operatorio, gracias a unos médicos mejor formados, pero esto último es lo
menos importante.
Después
mostré ejemplos reales de este tipo de notas de prensa enviadas no por Colegios
(para no herir sensibilidades) sino por laboratorios farmacéuticos, los cuales
también cometen estos errores. Y volvimos a repasar esa ficticia nota de prensa
de Springfield mostrando cómo se debería haber redactado para que al abrir ese
correo los periodistas la considerasen interesante y la publicaran en sus
medios.
Así quedó
bien claro, y de una manera muy gráfica y amena, el mensaje que quería
transmitir y cómo podía lograrse: “El verdadero Jefe de un Periodista es la
audiencia y por eso hay que ponerse siempre al otro lado de la mesa y pensar en
el lector, en lo que pueda interesar al lector”.
Recuerdo que
uno de los asistentes me comentó al final: “Nunca hubiera podido imaginar que
hacer una ponencia sobre una nota de prensa fuese tan divertido y educativo”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario