lunes, 24 de febrero de 2025

Publicidad de agroquímicos y la obsesión por lo ecológico

(AZprensa) Como anécdotas de mi experiencia en el campo de la publicidad de agroquímicos puedo citar que en la compañía donde trabajé, casi todos los folletos estaban plastificados. Al preguntar por qué, me dijeron que así tenían mejor aspecto y además no se ensuciaban (cuando se trabaja en el campo, no siempre se tienen las manos limpias), pero estaba claro que esto suponía un coste adicional importante. Así que propuse abaratar el coste de impresión simplemente utilizando un papel de mejor calidad y, en algunos casos dando un barniz al acabado final para realzar los colores y que no se marcasen las huellas de los dedos, con lo cual el resultado final era igual o mejor que si se hubiese plastificado y encima más barato. Así se hizo y poco después llegó la moda de lo “ecológico” y casi todas las compañías quisieron apuntarse a esa moda y utilizar papel ecológico, pero el aspecto final que ofrecían los folletos impresos en ese tipo de papel eran realmente pobres lo que llevó a más de uno a decir “¿y por qué no los plastificamos como antes?”. Tuvimos que hacerles ver que era absurdo usar papel ecológico y luego plastificarlo… es decir, ecología con el papel y contaminación con el plástico. Y para colmo el papel ecológico era más caro, porque ya se sabe que todo lo que está de moda sube de precio. Afortunadamente no pasó de una anécdota y seguimos utilizando papel de calidad si bien alguna vez usamos –más que nada para comprobar que se trataba de una moda que no aportaba nada comercialmente y en cambio encarecía el folleto- un papel ecológico de la mejor calidad posible, indicando en el mismo que como estábamos comprometidos con el medio ambiente imprimíamos ese folleto en dicho papel ecológico. El resultado fue: El folleto salió más caro, el aspecto final del mismo no alcanzaba el nivel de calidad de los otros, y al agricultor le daba exactamente igual que fuésemos ecológicos o no, él lo que quería era estar informado y tener un buen producto que fuese eficaz en los cultivos y no fuese demasiado caro. Esta es la información que cuenta, la que se obtiene a pie de calle, en el propio terreno, y no sentados en un despacho. Porque en un despacho todo son informes, opiniones, modas… que luego, a la hora de la verdad, no interesan para nada al consumidor final. Así que ya lo sabes, ¡cuidado con las modas o las ideas de despacho! Cualquier idea, por brillante o actual que parezca, debe testarse antes en la vida real, con tus clientes.
 
Hoy día seguimos inmersos, más aún si cabe, en esta moda de lo ecológico, del cuidado del medio ambiente… y la verdad es que a la mayoría de los clientes les da exactamente igual; e incluso todo lo contrario: si ven que lo ecológico encarece el producto, prefieren que sea menos ecológico y más barato. Y la verdad es que ese afán del ecologismo sólo sirve para que los directivos se sientan más importantes y más en la línea de lo políticamente correcto, eso que hoy en día se llama el “pensamiento único”. Cualquier profesional que quiera progresar en su carrera no puede salirse de lo “políticamente correcto” y debe seguir las líneas que los poderes públicos imponen. Pero luego está la realidad: Entre unas manzanas cultivadas sin agroquímicos pero con la piel manchada e incluso algún agujero producido por los gusanos y otras manzanas preciosas, como las de la bruja de Blanca Nieves, pero tratadas con agroquímicos, el consumidor prefiere estas últimas; y si encima ve que las ecológicas son mucho más caras que las otras, ya ni te cuento. Otro ejemplo: los supermercados presumen de ahorrar en plástico y no dan gratis bolsas de plástico, pero empaquetan en plástico todas las bandejas de alimentos. Si vas a comprar un pollo asado, ya no te lo entregan en un envase de plástico, sino en un sobre de papel… que está plastificado por dentro para que no vaya goteando la grasa… y encima la salsa te la dan aparte… ¡en un envase de plástico! Así es lo absurdo de la moda del ahorro de plástico. Como eso de vender naranjas peladas… envueltas en plástico. O vender huevos fritos… envueltos en plástico. Es decir, bolsas de plástico para el consumidor, no; pero plástico por todas partes porque a ellos les resulta más eficaz y versátil, sí.
 

Vicente Fisac es periodista y escritor. Todos sus libros están disponibles en Amazon:
https://www.amazon.com/author/fisac
“De la Publicidad al Periodismo”: https://www.amazon.es/dp/B0D4KHNVH4

No hay comentarios: