(AZprensa)
A todos nos disgusta contemplar cómo las fachadas de las casas se llenan
continuamente de pintadas que son auténticas mamarrachadas. Es cierto que hay
algunos artistas urbanos que realizan en ellas auténticas obras de arte dignas
de ser preservadas, pero la mayoría son simples gamberros que no tienen ni
puñetera idea de arte. Y de igual forma vemos cómo esas pintadas permanecen
tiempo y tiempo sin que nadie las borre, hasta que un día alguien se decide a
frotar y frotar con disolventes hasta que al cabo de unas horas sólo se
aprecian unos restos pálidos de lo que pintarrajearon allí. Ni que decir tiene
que a las 48 horas como mucho ya han pintarrajeado de nuevo esa pared. ¿Cómo
acabar con ellas? ¿Borrándolas todos los días? ¿Poniendo unos pit bull atados a
esas paredes por las noches para que despedacen a los intrusos? ¿Contratando
guardias privados de seguridad para que vigilen todas las noches? ¿Colocando
minas antipersona? Noooo. Es mucho más fácil.
Hay
dos sistemas. El primero y mejor, aunque no siempre puede aplicarse, es plantar
enredaderas o yedra o cualquier otro tipo de vegetación que tape por completo
esas paredes. Al quedar completamente cubiertas por una capa vegetal (la yedra,
por ejemplo, es muy barata y crece muy deprisa) será imposible pintar en ellas,
pero es que además hace bonito y así resulta que cualquier pared cubierta de
vegetación es más bonita que sin ella y encima ayuda a mejorar la calidad del
aire que respiramos.
Ahora
bien, como no siempre es posible plantar yedra u otro tipo de vegetal que cubra
esas paredes, hay otra solución: tener preparados unos buenos botes de pintura
del mismo color que la pared y cada mañana, cuando al levantarnos veamos que
han pintado algo, coger un rodillo y pintar encima para hacerlo desaparecer.
Hay que tener en cuenta que a esos gamberros lo que les gusta es ver después
sus gamberradas y mostrarlas orgullosos a sus amigos. Si se acostumbran a
comprobar cómo a la mañana siguiente bien temprano ya no queda ni rastro de su
pintada, acabarán por aburrirse y dedicarse a otra cosa o marcharse a otro
lugar. Yo incluso recomendaría poner un letrero que diga algo así: “Queridos
graffiteros: Mañana temprano borraremos todo lo que hayáis pintado esta noche,
así que si no queréis trabajar en balde y perder el tiempo, id a otra parte”.
Como se ve no hacen falta ni multas ni campañas de
concienciación, sino sólo un poco de coherencia.
Vicente Fisac es periodista y escritor. Todos sus libros están disponibles en Amazon: https://www.amazon.com/author/fisac
No hay comentarios:
Publicar un comentario