jueves, 15 de enero de 2015

Los pulgones no son tan tontos como los pintan

(AZprensa) De todos era conocida la simbiosis entre hormiga y pulgón, mediante la cual el pulgón recibe cuidados y protección de la hormiga que, a su vez, se ve recompensada con la melaza que excreta el pulgón. Sin embargo ahora, según desvela un estudio multidisciplinar realizado en España en el que ha participado el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), se ha comprobado que los pulgones no son tan inocentes como se pensaba...

“En este estudio hemos visto que algunos individuos del pulgón Paracletus cimiformis imitan las sustancias emitidas por las larvas de la hormiga Tetramorium, de manera que las hormigas creen que son sus crías y los transportan hasta las cámaras ‘guardería’. Una vez allí, el pulgón succiona la hemolinfa (en la imagen un pulgón pillado in fraganti), el equivalente a la sangre en los artrópodos, de las larvas de hormiga”, ha explicado la investigadora del CSIC Carme Quero, del Instituto de Química Avanzada de Cataluña.

Los resultados del trabajo han sido publicados en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS) y esta es la primera vez en que se describe una relación de este tipo entre áfidos (pulgones) y hormigas, en la que un comportamiento agresivo por parte del pulgón hacia la hormiga coexiste con la estrategia convencional de mutualismo entre estas dos especies. En este caso, los investigadores han observado que los pulgones de tipo redondo llevan a cabo la relación convencional, beneficiosa para ambos, mientras que los de tipo aplanado muestran hacia la hormiga el comportamiento agresivo descrito más anteriormente.

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