(AZprensa) Se dice con razón que “la historia empieza en
Sumer” ya que las primeras instalaciones humanas en Mesopotamia se remontan a
diez mil años, y no se trata de simples culturas sino de la primera
civilización que, por otra parte, sorprende según se van descifrando los
aspectos “modernos” de su sociedad. Allí se han encontrado los textos más
antiguos gracias a la escritura cuneiforme, la primera escritura del mundo,
inventada por los sumerios. De igual forma fueron los sumerios (allá por el año
3.000 antes de nuestra era) quienes constituyeron el primer Parlamento.
La historia de Sumer se puede dividir en varios periodos, el
primero y más oscuro duraría hasta el año 6.000 antes de nuestra era. Después,
entre el año 5.000 y 4.500 se constituyen las primeras ciudades, aunque la
verdadera historia de Sumer se desarrolla entre los años 2.700 y 2.300. Sin
embargo, uno de los aspectos que más llama la atención es el surgimiento, de la
nada, de esta civilización en torno al año 8.500 antes de nuestra era.
Los sumerios consideraban el universo organizado (que
engloba todo lo que existe) como el resultado de la diferenciación infinita de
una inmensa primera materia que, en su origen era caótica. Para ellos los
dioses eran simples organizadores y gobernadores de todo lo creado.
A partir del año 2.500 antes de nuestra era, la escritura en
Sumer ya era lo bastante flexible como para poder expresar sin dificultad sus
obras históricas y literarias más complejas; es más, los sumerios son los
creadores de los “diccionarios” más antiguos de que tiene constancia el ser
humano.
Además, y según reconocían ellos mismos (y así ha quedado
reflejado en sus escritos), no hay oficio más útil que el del escriba para
poder transmitir la experiencia humana y hacerlo además de una forma poética.
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