viernes, 12 de mayo de 2017

Las Guías no lo son todo

(AZprensa) Para muchos, las Guías que editan y actualizan regularmente las sociedades científicas son incontestables, sin embargo lo que en ellas se dice no siempre “va a misa”. El Dr. Pedro Conté lo explica muy bien: “Las Guías de buena práctica clínica son muy importantes porque sintetizan todas las aportaciones recientes en cada campo con un enorme trabajo previo a su edición y deben ser tenidas muy en cuenta por todos los clínicos”, pero a continuación añade que “al igual que los grandes ensayos clínicos, las nuevas directrices necesitan su asimilación y debate científico entre los médicos clínicos que están en contacto diariamente con los pacientes, para conseguir una aceptable implantación de las directrices. No siempre basta la opinión de los expertos o líderes de opinión. Hay muchos problemas diarios en el manejo de los pacientes complejos que no son totalmente abordados en las Guías y que dependen en ocasiones de la disponibilidad de medios técnicos (por ejemplo, en el diagnóstico) y que son manejados en distintos entornos”.

De igual forma se muestra partidario de la colaboración entre los distintos especialistas: “Indudablemente es necesaria una mejor coordinación, lo que llamamos manejo compartido de la enfermedad, y esto requiere una cooperación entre todos los profesionales implicados en el diagnóstico y tratamiento”. Pero, como también reconoce, “hacen falta altas dosis de humildad para estar abierto a la colaboración multidisciplinaria, con el objetivo de optimizar el tratamiento”.

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