(AZprensa) Poco a poco se va conociendo algo más del
bautizado como “síndrome del restaurante chino”, y no se llama así porque esté
ligado a este tipo de restaurantes (aunque también allí se de), sino porque la
palabra que ha dado origen a dicho síndrome es japonesa (aunque sepamos que
Japón y China son dos países diferentes).
El “síndrome del restaurante chino” se produce cuando
consumimos un aditivo alimenticio llamado glutamato (al que se da más de 50
nombres diferentes para que no podamos identificarlo). Se estima que consumimos
entre 5 y 12 gramos diarios del mismo, ya que está presente en la mayoría de
productos alimenticios preparados. Se caracteriza por síntomas tales como dolor
de cabeza, tensión muscular, debilidad generalizada, ardor de estómago,
hormigueo, dolores en el pecho... y para colmo, se ha relacionado con un peor
desarrollo de ciertas enfermedades como el Alzheimer, la depresión, el autismo
o la esclerosis múltiple.
Diego Redolar, neurocientífico de la Universidad Oberta de
Catalunya (UOC), lo explica así: “activa y envía señales al cerebro, provoca placer,
satisfacción y nos hace sentir que lo que comemos es sabroso y deseable".
Esto se debe a que actúa sobre las neuronas de una región cerebral denominada
el núcleo arcuato, e impide el buen funcionamiento de los mecanismos
inhibidores del hambre. "Los informes confirman –añade Redolar- que esta
sustancia activa un conjunto de neuronas de nuestro cerebro que constituyen lo
que llamamos sistema nervioso del refuerzo que provoca, entre otras cosas, que
la conducta se vuelva a repetir". Un estudio demuestra que los
individuos que consumen alimentos con glutamato tienen más tendencia a comer
productos que lo contienen, y es que el glutamato, provoca secreción salival,
aumenta el hambre, no sacia y hace que deseemos seguir consumiendo una y otra
vez esos alimentos que lo contienen.
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