(AZprensa) Un neurólogo enamorado le diría esto a su novia: “Cada vez
que te veo me lleno de oxitocina que da rienda suelta a mi dopamina”.
Para los que no seáis neurólogos os lo traduciré: Cuando vemos la cara
de una persona amada se activa nuestro cerebro y se libera oxitocina, la
hormona de la confianza. Esta hormona activa la dopamina (llamada también
hormona de la felicidad), y se produce en nuestro cuerpo ese efecto placentero
que tantas veces hemos experimentado en este tipo de situaciones. Es decir, la
visión del rostro amado abre unas vías neuroquímicas en el cerebro que
refuerzan los vínculos afectivos y silencian las áreas que procesan lo
negativo. Por eso los enamorados están tan abobados.
No hay comentarios:
Publicar un comentario