(AZprensa) El experto en I+D farmacéutica, John Kennerley
reconoce el dilema al que se enfrentan a diario los investigadores
farmacéuticos: ¿Desarrollar a toda velocidad los nuevos fármacos para ponerlos
cuanto antes en el mercado o asegurar que cuando ese fármaco llegue al mercado
no vaya a dar ningún problema de seguridad o efectos secundarios?
“Los reguladores –comenta- están más preocupados por la
seguridad que por la relación riesgo/beneficio, lo que refleja la actitud de la
sociedad en general. Ellos mismos han tenido que hacer frente a muchas
críticas, han tenido problemas prominentes que se han agudizado por las
críticas a la industria farmacéutica. En un intento por hacer crecer rápido las
ventas, la industria farmacéutica ha expuesto a más pacientes a los medicamentos
de forma más rápida, con un aumento resultante en los efectos secundarios.
Nuestro desafío es acelerar el desarrollo cuando podamos y cuando sea adecuado,
y ralentizarlo de nuevo en el momento oportuno, de forma que podamos
tranquilizar al regulador en el sentido de que estamos tomándonos muy en serio
nuestras responsabilidades y no comprometiendo nuestros estándares... si
podemos alcanzar ese objetivo, eso significará que los problemas se
identificarán antes y podremos gestionar diferentes productos de forma
diferente según sus características, asegurando que entendemos nuestros
objetivos y podemos gestionar los riesgos y los problemas de seguridad”.
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