(AZprensa) La sociedad entera se prepara para recibir las fiestas con entusiasmo, pero existe un tema que a muchos nos preocupa, y que en ocasiones no sabemos cómo manejar del mejor modo: el consumo de alcohol por menores de edad.
Es común enterarse que los menores presionan a sus padres para que permitan el consumo de alcohol en sus fiestas o que incluso lo patrocinen. Un argumento muy utilizado es que la fiesta no será divertida si no hay alcohol y todo se arruinará. Si te enfrentas a una situación así ¡No te preocupes! Existen varias razones por las cuales no es bueno consentir que los menores beban, es por ello que aquí ofrecemos algunos consejos y argumentos básicos para poder tener una conversación clara al respecto con un menor de edad, estableciendo límites y dando razones sólidas.
Brinda argumentos con seguridad y determinación
Ten seguridad al conversar sobre estos temas con tus hij@s. Si te ven dudar, continuarán insistiendo hasta haberte convencido de ceder a sus peticiones. Ten en cuenta que consentir el consumo de alcohol no es algo trivial.
Escucha atentamente los motivos por los cuales considera importante beber y brinda retroalimentación positiva
Si permitimos que expresen sus motivaciones, podremos encontrar espacio para debatir prejuicios y falsas expectativas. Quizá quieren que haya alcohol porque creen que de ese modo podrán hablar más fácilmente con alguien que les gusta o porque creen que a otras personas les importa mucho el alcohol. Muchas veces el deseo de consumir alcohol sólo encubre inseguridades, temores, ansiedad o la presión de otras personas. Refuerzales la idea de que lo único que necesitan para divertirse o agradar es ser ell@s mism@s.
Negocia soluciones sin ceder en lo que a ti más te interesa
Todos fuimos jóvenes alguna vez, y sabemos que es frustrante cuando tus padres no quieren acceder a alguno de tus planes o deseos, pero ahora que estamos del otro lado sabemos que a veces la mejor decisión no es la más popular. Si tu hij@ se decepciona porque no le permites consumir alcohol, evalúa la posibilidad de motivarlo de otro modo, por ejemplo, ayudándole a encontrar otro lugar y/o forma de divertirse con sus amigos sin necesidad de alcohol.
Hazle saber con claridad qué esperas de él/ella en relación al consumo de alcohol e involúcralo en la reflexión y construcción acerca de las posibles consecuencias
Si esperas un comportamiento determinado ante el alcohol, decirlo es importante porque fija una expectativa y abre la posibilidad de llegar a un acuerdo. Si le pides que no beba alcohol, pueden negociar cuál será la consecuencia de violar esa regla familiar. Y no olvides que cumplir con esa consecuencia es tan importante como haberla negociado.
Recuerda, eres su madre o padre, no su amig@
A veces nuestro deseo de ver a nuestros hij@s felices nos puede hacer perder de vista que nuestra función también es guiar y poner límites, lo que no siempre es bien recibido por ellos. Si te enfrentas a una situación tensa por haber impedido el consumo de alcohol, recuerda que estás tomando la mejor decisión por muchos motivos que quizá ell@s no tengan en mente.
Conoce y considera la situación por la que atraviesa tu hij@
Si detectas que tu hij@ ha estado abusando del alcohol no pierdas el control y tomes decisiones drásticas y desproporcionadas. Date la oportunidad de entender cuáles son las posibles motivaciones de ello mediante una buena comunicación y busquen soluciones en conjunto. Quizá el tema es alguna preocupación, enojo, o responder a desafíos de sus pares y existen muchas otras formas de lidiar con ello sin ponerse en riesgo.
Dejarl@s emborracharse bajo tu supervisión, no ayuda
Esta parece ser una solución para muchas madres o padres de familia, porque disminuye la angustia de no saber dónde o con quienes están, sin embargo, esto sólo valida el consumo excesivo como algo ‘inevitable’.
Sé un modelo a seguir
Nada te hará perder más la credibilidad como no seguir tus propias reglas. Los hij@s aprenden muchas cosas de nosotros, incluso formas de lidiar con emociones o diversas situaciones sociales. Si bebes, demuestra que es posible tener una relación responsable con el alcohol y que éste no es el centro de toda convivencia.
Infórmate bien sobre el tema
Tener información confiable te permitirá ser un buen guía y hablar sin prejuicios que dificulten la comunicación. Por ejemplo, hacer valoraciones negativas de las personas que abusan del alcohol o decir cosas exageradas para asustar, no tienen mucha probabilidad de ser bien recibidas. En cambio, plantear argumentos bien fundados y adecuados a la realidad, tienen otro efecto.
Fuente: Fundación de Investigaciones Sociales, A.C. (FISAC)
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