martes, 4 de diciembre de 2018

Ya hemos llegado a Bennu


(AZprensa) Tras un viaje de dos años por el espacio, la nave OSIRIS-REx de la NASA ha llegado al asteroide Bennu y a partir de ahora pasará alrededor de año y medio topografiando este asteroide nunca antes visitado y se preparará para recoger una muestra del material de la superficie para traerla de regreso a la Tierra en el año 2023 para su estudio.‎

El objetivo de esta misión será tratar de ayudar a los científicos a averiguar cómo se formaron los planetas y cómo comenzó la vida, así como mejorar nuestra comprensión de los asteroides que podrían impactar contra la Tierra.

El equipo científico está buscando algo especial. Lo ideal sería que la muestra procediese de una región en la que los componentes básicos de la vida se puedan encontrar. Para identificar estas regiones en Bennu, el equipo de OSIRIX-REx ha equipado a la nave espacial con un instrumento que mide las firmas espectrales de los componentes mineralógicos y moleculares de Bennu.

Dante Lauretta, investigador principal de la misión, ha declarado que “en particular, vamos a confiar en ella para encontrar las áreas de Bennu ricas en moléculas orgánicas para identificar posibles sitios de muestreo de alto valor para la ciencia, así como la composición general del asteroide."

En el espectro visible e infrarrojo, los minerales y otros materiales tienen firmas únicas como las huellas dactilares. Estas huellas dactilares permiten a los científicos identificar varios materiales orgánicos, así como carbonatos, silicatos y agua absorbida, en la superficie del asteroide. Los datos permitirán a los científicos hacer un mapa de la abundancia relativa de los diversos materiales sobre la superficie de Bennu.

Pero además, el equipo científico estudiará el llamado Efecto Yarkovsky, o cómo la órbita de Bennu se ve afectada por el calentamiento superficial y el enfriamiento durante su día. El asteroide es calentado por la luz solar y re-emite radiación térmica en direcciones diferentes a medida que gira. Esta emisión térmica asimétrica da a Bennu un pequeño pero constante empuje, cambiando así su órbita con el tiempo.

La comprensión de este efecto será de importantísima ayuda no sólo para conocer la trayectoria orbital de Bennu, sino también para mejorar nuestra comprensión del Efecto Yarkovsky y, en consecuencia, mejorar nuestras predicciones a la hora de determinar si las órbitas de otros asteroides pueden suponer un peligro para la Tierra.

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