lunes, 1 de febrero de 2021

Perded toda esperanza

(AZprensa. Editorial) A todos los que pensáis que algún día acabará esta pesadilla y el virus COVID-19 será vencido y toda nuestra vida volverá a ser como antes… debo recordaros que nunca más volveremos a lo que antes llamábamos la “vida normal”, que la futura vida normal o lo que los poderes públicos llaman la “nueva normalidad” será algo más parecido a lo que estamos viviendo ahora que a lo que estábamos acostumbrados a vivir antes. 

No lo digo yo. No son profecías. No son invenciones. Simplemente es volver a leer y recordar qué es lo que han dicho desde hace tiempo, y lo han repetido públicamente sin el menor sonrojo, los líderes del mundo, los poderes políticos y económicos que manejan nuestro mundo a su antojo. Máximos representantes del Fondo Monetario Internacional, del Foro Davos, de la Organización Mundial de la Salud, del Banco Central Europeo, de la Fundación Bill Gates… todos ellos han venido diciendo y repitiendo desde hace tiempo que querían:

1.- Un mundo con menos habitantes, que sobramos muchos, sobre todo los enfermos y discapacitados, es decir, lo que no producen.

2.- Un mando único sobre el mundo, que aunque haya muchos países y gobiernos, todos sigan las directrices que les impongan desde arriba.

3.- Una sociedad más igualitaria, claro que ellos entienden por “igualitaria” el que todos seamos igual de pobres y los de la élite cada vez más ricos.

4.- Una sociedad uniforme (aborregada), inculta y obediente, que no cuestione lo que se les mande. 

En consecuencia, el COVID-19, sea provocado o accidental (eso ya es lo de menos) ha sido la excusa perfecta para cambiar el mundo. Las mascarillas han venido para quedarse, los confinamientos (que ahora llaman “perimetrales”) también, las limitaciones al movimiento de personas seguirán, la censura campará a sus anchas, el pensamiento único se impondrá, los medios de comunicación seguirán como hasta ahora lavando el cerebro y diciendo a la gente lo que tiene que pensar, se perseguirán las reuniones y abrazos y todo aquello que suponga interrelación personal entre individuos, las personas deberán vivir aisladas y dedicarse sólo a trabajar (a producir para los amos) y luego volver y encerrarse en su casa para “divertirse” viendo la televisión (esta será la única “diversión” permitida)… 

Para qué seguir. Eso es lo que nos deparará el futuro, una “nueva normalidad” más parecida a lo que estamos viviendo (en realidad se trata de que nos vayamos acostumbrando) que a lo que fue la vida del pasado. 

Con mis mejores deseos para que os muráis pronto, de forma rápida y sin dolor. Es lo mejor que nos puede pasar. 


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