Cuando se sometió a votación a los accionistas de Zéneca el
proyecto de fusión con Astra, el resultado arrojó 539 millones de acciones a
favor, frente a seis millones en contra. Con esa aprobación –que incluía
también la aprobación del cuadro directivo propuesto- daban luz verde al
proyecto de fusión que convertiría ese laboratorio farmacéutico en el tercero
más grande del mundo. Eso ocurrió un mes de marzo de 1999 y de ello informé
puntualmente a todos los medios de comunicación y recogí también de forma
puntual en mi propio periódico que hacía llegar no solo a los empleados de la
compañía sino también a los periodistas, colaboradores, amigos, visitas, etc.
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