(AZprensa) No por el hecho
de ser antiguo ha de ser poco eficaz un producto. Véase si no la aspirina... o
véase también el metoprolol, un fármaco que ha demostrado sobradamente aumentar
la supervivencia, mejorar los síntomas, reducir la estancia hospitalaria y
mejorar la calidad de vida de los pacientes con insuficiencia cardiaca
congestiva (ICC).
Según el
investigador Ake Hjalmarson (Suecia) los pacientes en tratamiento con
metoprolol presentaron una reducción del riesgo de la mortalidad y de la tasa
de hospitalización del 19%, cifra que fue del 31% en el riesgo de mortalidad y
hospitalización por empeoramiento del cuadro, del 32% en el de muerte o
trasplante cardiaco, del 39% en el de muerte cardiaca o infarto de miocardio no
fatal, y del 32% en el de mortalidad y hospitalización urgente.
Según los datos
del estudio MERIT-HF en el que intervinieron 4.000 pacientes, el número de
hospitalizaciones y el tiempo de ingreso a consecuencia de un empeoramiento de
la enfermedad cardiaca se redujo, mientras que el estado funcional y los
síntomas de la insuficiencia cardiaca mejoraron significativamente. No en vano,
este betabloqueante fue durante mucho tiempo el fármaco más vendido de su clase
terapéutica en todo el mundo.
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