(AZprensa) Siempre que se
produce una fusión entre dos compañías, estas deben deshacerse de algunos
productos, afrontar unos grandes costes, reducir personal... pero siempre hay
excepciones. Cuando en al año 2000 se llevó a cabo la fusión entre Astra y
Zéneca y se presentaron los resultados económicos tanto a nivel mundial como en
España, se vio que en nuestro país las ventas habían aumentado un 18% superando
incluso al aumento global que fue del 17%; igualmente su cuota de mercado en
España pasó del 3,56 al 4,34 con lo que se convirtió en la única compañía que
tras su fusión lograba aumentar cuota de mercado.
Pero también a
nivel de personal, contrariamente a lo que sucede, se aumentó el número de
puestos de trabajo. Aquella rueda de prensa celebrada en el Hotel Villa Real de
Madrid (ver imagen), no pudo estar más impregnada de optimismo: una compañía crecía y los
beneficios repercutían directamente en la sociedad con nuevos puestos de
trabajo, nuevas inversiones, nuevos y mejores medicamentos...
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