jueves, 3 de abril de 2014

El oído no está diseñado para recibir 100 decibelios

Unos 360 millones de personas en todo el mundo sufren pérdida auditiva moderada o severa, según la Organización Mundial de la Salud. Debido al envejecimiento de la población y el gran impacto que tiene esta patología entre los mayores de 65 años, el número de afectados seguirá creciendo. 
Isabel Varela-Nieto (en la imagen junto a otros investigadores), del Instituto de Investigaciones Biomédicas Alberto Sols (CSIC-UAM), estudiar el funcionamiento del oído y sus alteraciones, y reclama una mayor visibilidad social de este problema, alertando sobre los peligros de someter a nuestro tímpano a demasiados decibelios.

¿Hay cada vez más sordos?
Hay predicciones sobre cómo la exposición al ruido adelantará la edad de aparición de la presbiacusia (pérdida de la audición asociada al envejecimiento). Ahora entre un 40-50% de la población mayor de 65 años se ve afectada, pero dentro de poco hablaremos de los 40 o 50 años, porque esa intensidad de volumen causa daños. El oído es un órgano de comunicación y también de alerta, pero no está diseñado para recibir 100 decibelios dentro del tímpano.

Igual que hablamos de hipoacusia, ¿existe algo parecido a la hiperacusia?
 Existe y es un problema muy grave. La hiperacusia hace que la persona oiga sonidos que no existen y sin embargo siguen en su oído porque lo ha hiperactivado. Es como si el sistema no fuera capaz de desconectarse. Hay gente que convive bien con ello y otra que se desespera. La hiperacusia (que también se llama tinnitus) a menudo aparece antes de perder la audición. Hasta hace poco era bastante ignorado, pero en países como EEUU e Inglaterra han surgido asociaciones de afectados que están dándole visibilidad en los medios y en la sociedad en general.

¿Es irreversible la pérdida auditiva?
Sí, prácticamente el único tratamiento son las prótesis y aparatos de ayuda auditiva, pero no disponemos de un medicamento que la cure. Cuando la pérdida es tan grave que te incomunica se interviene con estos aparatos, pero en los estadios intermedios no tienes ninguna posibilidad de tratarte. Hay que hacer hincapié en que no es trivial quedarse sordo. Te aíslas de tu familia, amigos, compañeros de trabajo... Y también de la música, la televisión o la radio.

¿A qué se debe esa irreversibilidad?
La irreversibilidad se debe a que no podemos regenerar las células y neuronas implicadas en la audición. Por eso la pérdida de oído es la discapacidad que tiene más impacto durante el envejecimiento. Se nace con una dotación de células ciliadas -las encargadas de percibir las ondas del sonido- y cuando las vas perdiendo no las recuperas. Puedes perderlas lentamente, con el envejecimiento, o más rápidamente porque tengas un problema genético o estés expuesto a un ruido excesivo. En los mamíferos las células ciliadas tienen un tiempo definido de vida y cuando se mueren no son sustituidas. En las aves y los reptiles viven menos tiempo pero a cambio tienen un sistema que les permite regenerarlas. Estudios científicos han identificado algunas de las claves moleculares de la regeneración y se están testando en mamíferos. La esperanza es que a largo plazo pudieran utilizarse para curar personas.

¿Y los implantes cocleares?
Los implantes tienen microelectrodos que reconocen el sonido y mandan la información a las neuronas para que estas se la trasladen al cerebro, es decir, sustituyen a las células ciliadas. El problema es que ese mecanismo no es tan perfecto como el que tenemos de manera natural. El sonido tiene tonos, timbres, frecuencias, intensidades... Toda esta información tan rica no puede ser transmitida con la misma fidelidad por los implantes.


“Lecturas diferentes”: 

https://amzn.to/3Gwdrji

No hay comentarios: