(AZprensa) “Lleve 3 pravastatinas y pague sólo
dos”, “Envase ahorro de enalapril con un 20% más”, “Test de embarazo a 1 euro”.
¿Suenan a chiste las tres frases anteriores? Pues la tercera es real y las dos
primeras... tiempo al tiempo.
Poco a poco las
grandes superficies se van haciendo con el mercado que tradicionalmente
correspondía a las farmacias. Actualmente en España las grandes cadenas ya
cuentan con una sección de “parafarmacia” que, disimuladamente, se va
asemejando cada vez más a las farmacias, aunque sin ningún farmacéutico que
pueda orientar al paciente, aconsejarle, resolver sus dudas, etc.
Ahora en Francia
han dado un paso más y la cadena de supermercados Lecrerc ofrece pruebas de
embarazo a precio de saldo: ¡un euro! Aunque el ministro de Derechos de la
Mujer ha dicho que “las mujeres deben consultar a un médico en caso de resultado
positivo”, así como “asesoramiento sobre anticoncepción y aborto en los centros
de planificación familiar”, el caso es que se trata de un nuevo boicoteo a las
farmacias. El propio Michel-Edouard Lecrerc, ha declarado en su blog que “mi
cadena de distribución demuestra que es posible reducir de forma muy
significativa el precio de los productos sanitarios a la vez que mejora su
acceso”.
El
error de base consiste en considerar las farmacias como “negocios” y no como
“servicios públicos”. Un “servicio público” está siempre atendido por
profesionales cualificados y al alcance de todos los ciudadanos, aunque estos
vivan en un pequeño pueblo aislado. Sin embargo el “negocio” está atendido por
vendedores y sólo se abre en los sitios donde puede haber una buena venta y,
por supuesto deja de lado y desatendidos a todos aquellos que viven en lugares
pequeños, de difícil acceso, etc.
En
la imagen: el test de embarazo que ofrecen por un euro en Francia en los
supermercados Lecrerc, tal como lo anuncia su propietario en su blog.
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