(AZprensa) El pasado 30 de septiembre
finalizó la aventura de la nave Rosetta, la primera que ha logrado llegar hasta
un cometa, orbitar alrededor de él, enviar y posar con éxito en su superficie
un módulo, y finalmente morir estrellándose en el mismo para obtener las
últimas informaciones antes que quedar finalmente inutilizada por su
alejamiento del Sol. Esto nos ha permitido contemplar –como nunca antes
habíamos tenido oportunidad de hacerlo- imágenes de la superficie de un cometa,
en este caso concreto, el cometa llamado 67P/Churyumov-Gerasimenko.
En su viaje de casi 8.000 kilómetros, la
sonda ha sobrevolado tres veces la Tierra y una vez Marte, y se ha encontrado
con dos asteroides. La nave resistió 31 meses de hibernación en el espacio
profundo, fue capaz de enviar el módulo de aterrizaje Phileas y transmitir
numerosa información que llevará años estudiar. Sin embargo, como el cometa
seguía alejándose del Sol (el cual era necesario para alimentar las baterías de
la nave) Rosetta estaba condenada a una muerte segura, por lo que decidieron
estrellarla contra la superficie del cometa y obtener nuevos datos del entorno
de gas, polvo y plasma más cercano a la superficie del cometa, unos datos que
permitirán conocer mejor la actividad del cometa y sus componentes internos.
Este ha sido un viaje histórico y fotografías
como la presente marcan un hito en la exploración espacial y la curiosidad
natural de todos los seres humanos.
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