(AZprensa) El volcán Katla, uno de los más peligrosos y
activos de Europa, ha sembrado la inquietud al provocar un río de fango que ha
llegado hasta el mar y numerosos temblores de tierra, alguno de magnitud 4 que
han llegado a sentirse en la capital de Islandia, Reykjavik. Todos miran con
inquietud estas nuevas muestras de despertar, recordando cómo hace unos pocos
años otro volcán mucho más pequeño y cercano al mismo entró en erupción y
colapsó durante meses el tráfico aéreo en toda Europa por la enorme nube de
cenizas que alcanzó el continente, cancelando miles de vuelos e incluso
cerrando el espacio aéreo por completo durante días.
Ese era el Eyjafjallajökull, pero el Katla es infinitamente
mayor y más poderoso. Su altura es de 1.450 metros y su caldera tiene un
diámetro de 10 kilómetros, pero lo peor es que está cubierto por el glaciar
Myrdalsjökull, el más grande de Europa, con una extensión de 595 Km2; por ello,
de producirse una erupción gran parte de esa masa de hielo se derretiría
bruscamente generando una nube peor que la recientemente colapsó Europa.
El volcán Katla suele entrar en erupción cada 40-80 años, y
tendiendo en cuenta que su última erupción fue en 1918 se lleva años
monitorizando su actividad, por ello los recientes temblores y el río de fango
generado han elevado el nivel de alerta situándolo en amarillo.
La península de Reykjanes, al sur de la capital, ha sentido
estos días más de 500 terremotos, alcanzando la magnitud de 4.1 el de mayor
intensidad sentido en Reykjavik, y alcanzando hasta 4.5 alguno de los que se
han sentido en las inmediaciones de este volcán.
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