(AZprensa) Siempre nos han enseñado (así viene en todos los
libros) que la Luna no tiene atmósfera; sin embargo no hace mucho, la propia NASA reconoció que, según los datos facilitados por uno de los satélites enviados,
nuestro satélite sí tiene atmósfera, aunque esta sea muy débil, y está
compuesta por helio, argón y neón. También hemos sabido recientemente que la abundancia
de estos elementos depende de la hora del día: picos de argón al amanecer, más
neón a las 4:00 h. y más helio a la 1:00 h. Según cuentan, ahora, la mayor
parte de dichos elementos procede del viento solar aunque también otra parte
surge del interior de las rocas lunares.
Ya en 1982 el escritor Bill Brian, autor de
“Moongate” alertó sobre todas las mentiras que rodean la llegada del hombre a
la Luna. Según decía entonces este ingeniero nuclear, la gravedad en la Luna es
considerablemente superior a lo que nos dicen y es capaz de retener una tenue
atmósfera, algo que por fin ha sido reconocido oficialmente por la NASA.
En lo que sí está de acuerdo este autor es en que el hombre sí
llegó a la Luna, pero lo que nos han contado de allí no se ajusta a la
realidad. Lo que se dio a la opinión pública fue todo un montaje
propagandístico con imágenes trucadas como se ha denunciado y demostrado en
múltiples ocasiones. Al astronauta Brian O’Learly se le escaparon estas
palabras en una entrevista concedida en 1999 al periodista Graham Birsdall: “si
algunas de las filmaciones se hubieran estropeado es remotamente posible que la
NASA pudiera haber rodado algunas escenas en un estudio cinematográfico para
evitar la vergüenza pública”.
Más claro, agua.
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