(AZprensa) Anoche se celebró el partido de fútbol de Liga
de Campeones entre el Atlético de Madrid y el Oporto. Todos los medios de
comunicación se han hecho eco de los aspectos deportivos de este encuentro de
fútbol, pero nadie ha comentado estos otros aspectos que tienen que ver con las
personas que asistieron a dicho espectáculo.
Pasen, vean y alucinen:
1.- Para este encuentro sólo estaba permitido un 60% del
aforo por eso de las medidas de prevención contra el COVID-19, claro que unos
días antes en la celebración de la “Diada” en Cataluña se juntaron 400.000
personas y allí no hubo límite de aforo. Es decir, si a los políticos les
interesa algo, no ponen ningún impedimento para que haya una multitud
apretujada, pero si es para algo que ni les va ni les viene, pues que se j… los
ciudadanos.
2.- A la entrada del recinto no se tomó la temperatura ni
se echó gel en las manos de los espectadores, tal como se había hecho unos días
atrás en ese mismo estadio. ¿Es que ya no era necesario porque no existe apenas
riesgo de contagio pero unos días antes sí? Y de ser así ¿por qué, entonces el
límite de aforo? ¿O es que toda esa parafernalia de gel no sirve para nada?
Porque además, en cuanto a la fiebre, el que tiene más de 37,5ºC de fiebre no
va al fútbol por la noche, se queda en su casa, al menos así ha sido durante
toda la historia de la civilización humana.
3.- A la entrada de los servicios, dentro del estadio,
había una persona controlando que nunca hubiese dentro más de 7 personas, por
eso de evitar aglomeraciones, lo cual provocaba unas enormes colas de gente
apretujada en el exterior esperando su turno para entrar. Es decir, dentro del
servicio es peligroso estar muy juntos unos a otros, pero al otro lado de la
puerta, en el pasillo, no hay ningún riesgo si todos están apretujados.
Y ahora viene el punto 4 y el más vergonzante de todos:
4.- No se permitía entrar comida al estadio (ni un simple
bocadillo), sólo una botellita de agua, y en los bares del interior del estadio
sólo se vendía agua, es decir: Vender Coca Cola, Fanta, café, cerveza sin
alcohol, etc. tiene un riesgo enorme de provocar contagios del virus, mientras
que vender sólo agua no tiene riesgo; y el mismo riesgo de grave contagio
existiría si vendiesen bocadillos o perritos calientes como antes. Muy lógico
todo ello, pero… aún hay más: Hasta los pasillos interiores del estadio llegaba
un olorcillo de pizza, croquetas, hojaldres calentitos, etc. ¿Qué era eso que
podíamos oler pero no podíamos ver ni por supuesto comer? Pues era el fastuoso
buffet que se ofrecía a los adinerados que habían sacado su localidad en palcos
VIP, a esos se les agasajaba con todo tipo
de manjares (el precio ya estaba incluido en el de su entrada VIP) pero
a los demás mortales… sólo agua. Conclusión: Si los pobres comen se contagian
del virus, pero si los ricos comen, no. Muy lógico todo ello.
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