(AZprensa) Que las televisiones son “electrodomésticos
para lavar el cerebro de los ciudadanos” tal como se define en el “Diccionario
Político” (Amazon) no es ninguna novedad, y para cualquiera que tenga un poco
de sentido común y capacidad de razonamiento, está meridianamente claro que las
televisiones las utiliza los poderes públicos para “crear opinión”, es decir,
para decirle a la gente lo que tiene que creer porque no hacen falta que
piensen, que eso ya lo hacen los que gobiernan.
Hemos visto en las televisiones estos días cómo sigue confinada
una ciudad china por un brote de coronavirus. De la noticia, tal como la
cuentan, uno sólo se queda con los titulares que vienen a decir lo siguiente: “La
ciudad china de Shangai sigue confinada por un brote de coronavirus. Ayer
fallecieron tres personas”.
No suelen dar más detalles para que sólo nos quedemos con
las palabras “confinamiento” que se traduce como “miedo” o “hay que estarse
calladito y obedecer ciegamente al gobierno” y la palabra “fallecimiento” que
se traduce, naturalmente, como “muerte” o “más miedo”.
Sin embargo si uno ahonda en esa noticia empieza a
encontrar cosas sorprendentes. Por ejemplo, uno se da cuenta que Shangai tiene
25 millones de habitantes, así que tres muertos sobre 25 millones de habitantes,
es una cifra ridícula. Pero aún hay más, escarbando lo que se puede en esas
informaciones sesgadas que dan, uno encuentra así con que esas “tres personas”
que fallecieron tenían más de 89 años y estaban muy mal de salud.
Total, que esas tres personas que murieron por esa causa –según
dicen- hubieran muerto igual por cualquier otra causa, porque nadie vive
eternamente, sobre todo si se es muy viejo y se tiene mala salud.
Hay también otra lectura que puede hacerse de todo esto:
¿Por qué China confina una ciudad de 25 millones habitantes mientras que en el
resto del mundo ya se están relajando las medidas anti COVID? La razón es muy
sencilla: a China le queda muy lejos la guerra de Ucrania y, en cierto modo, le
importa un bledo. A los chinos no les asusta que haya guerra en ese país
europeo tan lejano, en cambio el virus que surgió en China sí que lo han tenido
cerca y lo han padecido, así que todo lo que sea seguir metiendo miedo con el
virus le funcionará perfectamente a su Gobierno. Y así lo hacen.
Por lo que se refiere al mundo Occidental, la guerra de
Ucrania es una bendición porque gracias a ella ya tienen otro monotema
informativo para aterrorizar a la población y para justificar la escalada de
precios que arruina a las clases medias y bajas, pero enriquece más aún a las
grandes fortunas. Y por otra parte –como ya ha puesto claramente de manifiesto
el presidente de España, Pedro Sánchez- la culpa de que suban todos los precios
la tiene la guerra de Ucrania (aunque ya llevasen subiendo muchos meses antes)
y el Gobierno lo está haciendo todo muy bien.
Como vemos, manipulación pura y dura. Al dictador de
Ucrania que había cerrado (antes de la guerra) muchos medios de comunicación
que no le eran afines, nos lo presentan como un demócrata ideal, casi como a un
santo, y todo porque había dejado que se instalasen en su territorio armas de
la OTAN con misiles apuntando a Rusia. Y así nos lo seguirán presentando
mientras esta guerra siga siendo útil para que los poderosos se enriquezcan más
y la población no proteste culpando de todo no a sus respectivos gobiernos sino
a Putin.
En la imagen: Lavadora de cerebros con mando a distancia en
la que, por mucho que cambies de canal, siempre te saldrá el mismo programa.
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