lunes, 11 de abril de 2022

Marte era azul

(AZprensa) 
Un ingeniero argentino de la NASA, Jerónimo Villanueva, fue quien dirigió un equipo de científicos que ha reconstruido el pasado de Marte. Para ello han utilizado los tres telescopios de infrarrojos más potentes y precisos del mundo (entre ellos el de Atacama en Chile) para fotografiar la atmósfera del planeta rojo. Durante seis años han estado analizando la proporción de dos tipos de moléculas de agua, la general (H2O) y otra denominada HDO que contiene deuterio, una variante más pesada de hidrógeno.
 
La proporción entre estos dos tipos de moléculas resulta muy ilustrativo ya que la versión pesada queda atrapada en el ciclo de agua marciano mientras que la versión ligera tiende a escapar hacia el espacio. Midiendo la proporción de las mismas en los polos de Marte han podido calcular la velocidad a la que este planeta está perdiendo agua y, en consecuencia, retroceder hacia el pasado para saber cuánta agua llegó a albergar.
 
En base a estos datos se estima que hace 4.500 millones de años Marte tuvo un gran océano que, aunque no era muy profundo (un kilómetro y medio de profundidad como máximo) se concentraba en las planicies del hemisferio norte ocupando una superficie similar a la de nuestro océano Ártico con un volumen total de unos 20 millones de kilómetros cúbicos de agua. “Marte fue húmedo durante unos 1.500 millones de años, mucho más tiempo del que fue necesario para que surgiera vida en la Tierra”, asegura Villanueva.
 
Ese océano pudo mantenerse unos 1.000 o 1.500 millones de años, tiempo más que suficiente para dar origen a la vida; sin ir más lejos, en la Tierra sólo fueron necesarios 800 millones de años para que surgiese la vida hace 3.500 millones de años.
 
Según sugiere este equipo de investigadores, Marte ha perdido el 87% del agua de sus océanos primitivos, quedando el 13% restante en los polos del planeta. Sin embargo esta investigación ha servido también para conocer la existencia de diversos microclimas en distintas regiones del planeta y que, tal como indica Villanueva, “puede significar que hay reservorios de agua bajo la superficie de Marte”.
 
La existencia de agua es fundamental no sólo para la vida, tal como la conocemos, sino también para futuras misiones tripuladas al planeta, ya que la misma puede utilizarse –además de los usos conocidos por todos-para obtener hidrógeno que sirva de combustible que facilite la energía necesaria a las eventuales colonias de humanos que quizás algún día se instalen allí.
 
En la imagen, reconstrucción de cómo era Marte hace 4.500 millones de años... un planeta azul.
 

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