(AZprensa)
Como ejemplo de cómo los sentidos nos engañan y de cómo la Publicidad puede
aprovecharse de eso para llamar la atención y capturar el interés del posible
cliente, recuerdo unos folletos que realicé para una crema dermatológica.
Dichos folletos eran el arma que debía manejar el Visitador Médico cuando
realizaba la visita comercial al médico.
La portada mostraba un dibujo de unos troncos ardiendo. Las llamas de fuego que se veían en la portada, en realidad estaban en el interior del folleto, pero un troquel con la forma de las llamas en la portada nos dejaba ver ese color del fuego del interior del díptico. El texto –para llamar la atención del médico- decía: “Un calor natural, puede, a veces, no serlo”.
Y es que, efectivamente, muchas veces los sentidos nos engañan, como en este caso, porque al abrir el díptico descubríamos que el color rojo que atribuíamos a los troncos ardiendo no eran fuego de leña sino el enrojecimiento del culito de un bebé. Estábamos presentando una crema para el eritema del pañal y pocas veces se había presentado de una forma tan original.
En un segundo elemento de esa campaña, la frase de portada era: “Un color natural, puede, a veces, no serlo”. Ese color era el de una manzana, y el rojo de la manzana podía verse a través del troquel que habíamos hecho en la portada. Cuando se abría el díptico, ese color rojo no era de la manzana sino –como en el caso anterior- del eritema del pañal en el culito de un bebé.
La originalidad en Publicidad permite captar con facilidad la atención y el interés del cliente, y además consigue que la propuesta comercial que se presenta sea recordada y se asocie como un atributo más del producto que anunciaba.
Vicente Fisac es periodista y escritor. Todos sus libros están disponibles en Amazon: https://www.amazon.com/author/fisac
“De la Publicidad al Periodismo”: https://www.amazon.es/dp/B0D4KHNVH4
La portada mostraba un dibujo de unos troncos ardiendo. Las llamas de fuego que se veían en la portada, en realidad estaban en el interior del folleto, pero un troquel con la forma de las llamas en la portada nos dejaba ver ese color del fuego del interior del díptico. El texto –para llamar la atención del médico- decía: “Un calor natural, puede, a veces, no serlo”.
Y es que, efectivamente, muchas veces los sentidos nos engañan, como en este caso, porque al abrir el díptico descubríamos que el color rojo que atribuíamos a los troncos ardiendo no eran fuego de leña sino el enrojecimiento del culito de un bebé. Estábamos presentando una crema para el eritema del pañal y pocas veces se había presentado de una forma tan original.
En un segundo elemento de esa campaña, la frase de portada era: “Un color natural, puede, a veces, no serlo”. Ese color era el de una manzana, y el rojo de la manzana podía verse a través del troquel que habíamos hecho en la portada. Cuando se abría el díptico, ese color rojo no era de la manzana sino –como en el caso anterior- del eritema del pañal en el culito de un bebé.
La originalidad en Publicidad permite captar con facilidad la atención y el interés del cliente, y además consigue que la propuesta comercial que se presenta sea recordada y se asocie como un atributo más del producto que anunciaba.
Vicente Fisac es periodista y escritor. Todos sus libros están disponibles en Amazon: https://www.amazon.com/author/fisac
“De la Publicidad al Periodismo”: https://www.amazon.es/dp/B0D4KHNVH4