Cuando puse en marcha y lancé el diario
digital “AZprensa” se cumplían todas las premisas que debe tener un sitio de
Internet sobre salud: actualización, veracidad, honestidad, confianza, lenguaje
y factor humano. Por ejemplo, su actualización era diaria, en concreto, de
lunes a sábado. Estaba escrito por profesionales. Había detrás de todo lo que
publicaba un equipo de periodistas especializados en salud y de médicos
especializados en periodismo; estos últimos para cubrir aquellos temas que
tuviesen un mayor componente científico. Estaba abierto a todos, cualquier
persona podía entrar a esa web, sin registro previo, sin password. Tenía
informaciones complementarias para aquél que desease saber más sobre un tema
concreto. Era un sitio no comercial, no llevaba publicidad de ningún tipo, ni
siquiera del propio laboratorio que lo editaba ni de ninguna otra compañía. Y,
por supuesto, tenía varias acreditaciones médicas, como –por ejemplo- la de la
Asociación Española de Médicos Internos Residentes que lo habían reconocido
como un sitio de utilidad para la formación médica continuada, al igual que
también estaba reconocida como web médica de calidad por el proyecto Webs
Médicas de Calidad...
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