Por lo que se refiere a los indicadores de
calidad que podemos encontrar en los sitios de la Red donde vamos a buscar
información, podemos citar un estudio de la Agencia de Calidad de Internet, en
Estados Unidos. Lo primero, y están puestos por orden, es la actualización.
Llama la atención que incluso la actualización está por encima de la veracidad,
y esto es así porque lo que hoy se sabe de cualquier enfermedad, si esperamos
unos años, veremos que ya ha quedado desfasado. Por supuesto que la veracidad
es prioritaria pero tiene que ir unida a esa actualización de las informaciones
que se dan sobre ello. En tercer lugar está la honestidad, entendiéndola
como la concordancia entre la información que se da y el propósito de la misma.
Es decir: saber quién da esa información; saber quién está detrás de esa
información y qué intereses hay ahí.
Después viene la confianza, buscando
con ello que sea un medio validado y referenciado, que esté citado por otros
medios, que esté consultado, que tenga ese halo de confianza que le da su
presencia en el mercado y su reconocimiento por otras entidades. Finalmente el lenguaje,
que sea sencillo, fácil de entender, con buen estilo gramatical. Y no hay que
olvidar tampoco el factor humano porque Internet no tiene que separar al
paciente o a las personas de su entorno de los profesionales sanitarios; antes
al contrario, tiene que acercarlos. Esa información tiene que ser una ayuda
adicional para esos pacientes en su relación con los profesionales sanitarios...
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