Arimidex (anastrozol) demostró desde el principio su
superioridad sobre tamoxifeno (descubierto por la misma compañía y
comercializado como Nolvadex, aunque al caducar la patente ya existían
numerosos genéricos del mismo).
Coincidiendo con la presentación de unos de sus primeros y
más espectaculares resultados, en San Antonio (Texas, Estados Unidos), el
doctor Ramón Estiarte (en la imagen) presentó en España esos mismos resultados
a los medios de comunicación. En comparación con el tamoxifeno, Arimidex
demostraba una eficacia igual o superior, una mejor tolerabilidad y una
reducción del 44 por ciento en el riesgo de que progrese el cáncer de mama.
Arimidex es un inhibidor selectivo de la aromatasa no
esteroideo, que difiere del tamoxifeno en su efecto terapéutico ya que inhibe
un paso clave en la producción de estrógenos, al impedir la conversión de
andrógenos en estrógenos por la enzima aromatasa, estando indicado en el cáncer
de mama, especialmente en mujeres postmenopáusicas.
Aproximadamente un 75 por ciento de los cánceres de nuevo
diagnóstico se producen hace una década en mujeres de edades comprendidas entre
50 y 55 años, observándose que una de cada tres mujeres debutaba con un estadio
de la enfermedad avanzada en la que el tumor se había extendido más allá de la
mama (huesos, pulmones, cerebro, hígado) y la esperanza de vida era de tan solo
tres años. Las numerosas campañas de detección precoz de la enfermedad han
cambiado por completo este panorama, llevando la esperanza a la mayoría de las
mujeres detectadas con esta enfermedad para la que cada día se dispone también
de nuevos y más eficaces medicamentos.
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