Los conocimientos científicos no son definitivos, sino
radicalmente provisionales, vigentes únicamente hasta que la investigación los
sustituya por otros acordes con los últimos datos aportados. La Medicina
presenta, pues, unos requerimientos muy importantes de suministro de
información.
El médico de Atención Primaria es consciente de la
importancia y del tamaño de la literatura médica, y de la necesidad de saber
ser selectivo con la información que precisa para tomar las decisiones adecuadas;
ha dejado de ser un “acumulador” de información para convertirse en un
“buscador” de fuentes de información.
La búsqueda y el análisis de la literatura biomédica
requiere de unas habilidades que cada vez son más necesarias entre los médicos
para poder mantener al día sus conocimientos. Para saber, primero hay que saber
buscar la información.
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