En una de las primeras comparecencias ante la prensa, tras la
fusión de AstraZéneca que se situaba, con esta fusión, como la tercera compañía
farmacéutica más grande del mundo, su director ejecutivo Tom McKillop presentó
la distribución de ventas por grandes áreas geográficas: El 49% de las ventas
se obtenían en Europa, el 35% en Estados Unidos y el 16% en el resto del mundo.
Al tiempo que se hacía este análisis, se reconocían las
dificultades (ya entonces) de seguir creciendo en Europa, mientras que Estados
Unidos ofrecía unas perspectivas de crecimiento mucho más halagüeñas. Tampoco
se desdeñaba el crecimiento en lo que se denominaba “países emergentes”, es
decir, países con una gran población y perspectivas de crecimiento, tales como
China, México, India, etc. Y sin olvidar, por supuesto, a Japón, el segundo
mercado más importante del mundo, después de Estados Unidos.
Como anécdota de aquellas ruedas de prensa, señalar que a la
hora de presentar los datos de Europa, se ofrecían los de “Reino Unido” por un
lado y los de “Europa Continental” por otro lado; es decir, el centro del
Universo era el Reino Unido mientras que Europa era un anexo a dicho Reino
Unido. ¡Estos británicos...!
No hay comentarios:
Publicar un comentario